Una rubia autóctona

Alberto Curiel, en su laboratorio del CEI (Foto: SEBAS SENANDE)
photo_camera Alberto Curiel, en su laboratorio del CEI (Foto: SEBAS SENANDE)

Hace dos meses que Alberto Curiel empezó a fabricar y comercializar la primera cerveza artesana de Lugo, llamada Aloumiña. De momento se trata de una producción pequeña, de unos 300 litros semanales, la cual reparte entre 5 locales de Galicia, cuatro de ellos de Lugo y otro en Santiago de Compostela.

Este último, el Catrineta, es una tienda de conservas naturales que ha abierto sus puertas a este producto pionero. Es tal el éxito que está teniendo allí la cerveza, que se trata del principal cliente de Alberto. «Llama la atención de los turistas y los peregrinos que llegan a Santiago, así que la estoy vendiendo muy bien allí», explica Alberto.

En Lugo también se está empezando a encontrar la bebida en locales como el Jazz&Beer, As Muxicas, el Mangiarte o A Feira -en Rábade-, donde cada vez está ganando más adeptos. La cerveza se puede degustar en las tres variedades en las que se fabrica, la ‘loura’, la ‘moura’ y la ‘tosta’. La rubia es la que más se vende en general y en particular con el buen tiempo, pero la negra, aunque se vende menos, tiene un público «mucho más fiel que sólo bebe esta variedad», matiza Alberto.

A pesar de que a este joven le gustaría estar presente en más establecimientos, la producción actual no permitiría un suministro a gran escala, por lo que Alberto tiene en mente adquirir una máquina de cocción más grande (de unos 200 litros) para poder fabricar más cantidad de bebida y llegar a más gente.

«Las principales características de esta bebida es que es autóctona, ya que la hago toda en Lugo, natural, ya que se respetan los tiempos de fabricación de la cerveza, y artesana, ya que la hago toda a mano y en pequeñas dosis», señala su creador. Según indica el joven es de aquí de donde surgió el nombre del producto, ya que Aloumiña hace referencia al cuidado y naturalidad con la que está hecha, «todo a mano, con paciencia, como una caricia», indica el joven emprendedor.

Además de la fabricación, es el propio Alberto el que se encarga del envasado e incluso de la distribución de la bebida a los puntos de venta. «Al ser cantidades pequeñas no me hacen falta intermediarios, que lo único que harían sería encarecer el precio del producto al público», señala

Este joven emprendedor lleva a cabo todo el proceso de fabricación en el Centro de Empresas e Innovación de Lugo (Cei), donde tiene asignado durante 3 años un laboratorio para su proyecto y en el cual se le ofrece asesoramiento burocrático y fiscal a los emprendedores instalados allí.

Confía en poder incrementar su producción en cuanto se haga con una nueva máquina de cocción y llegar a nuevos establecimientos comerciales.

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