Dora Casal: "Roberto Verino vive un momento dulce; hay tela que cortar para otros 40 años"

Esta ourensana aterrizó hace casi un lustro en Roberto Verino para coliderar con ilusión y años de experiencia en el sector el proceso de transformación de una de las grandes firmas de la moda española. Cuatro décadas después de nacer la marca, la calidad y la atemporalidad de sus diseños siguen siendo las bazas para convivir con la ‘fast fashion’
Dora Casal, directora ejecutiva de Roberto Verino. BRAIS LORENZO
photo_camera Dora Casal, directora ejecutiva de Roberto Verino. BRAIS LORENZO

Hija de emigrantes gallegos en Suiza, Dora Casal saltó de la banca a la moda tras toparse con una oferta de trabajo en Adolfo Domínguez, su anterior empresa. Buscaban una persona que hablara italiano y, aprovechando lo aprendido con el idioma desde su niñez, agarró la oportunidad. "Pensé que en Ourense muchos sitios para hablar italiano no tendría", cuenta la directora ejecutiva de Roberto Verino.

El diseñador dijo al recoger la Medalla de Oro del Círculo de Empresarios de Galicia que su fichaje había sido una de las mejores cosas que había hecho. ¿Cómo recuerda el momento en el que le propuso sumarse al equipo y qué la movió a cambiar de empresa?
Roberto fue muy generoso en su discurso. Siempre sienta bien que tu jefe diga que está contento con el trabajo que realizas. Es un reconocimiento para mí y para todo el equipo. Yo me topé con su proyecto casi por casualidad. Nos encontramos, empezamos a hablar y me explicó que tenía un plan trazado para profesionalizar la empresa. Él tenía muy claro que Cristina [su hija fallecida en julio de 2022, a los 52 años] estaba más que capacitada para liderar la compañía, pero le faltaba un apoyo a nivel de gestión y profesionalización para que todo fuese más rodado. Me pareció retador coliderar una empresa de este perfil, con la trayectoria que tiene y su presencia en la moda española, así que me embarqué en el proyecto con toda la ilusión del mundo. Me parecía que hacíamos un tándem fantástico Cris y yo, que soy una persona de números más que de diseño, aunque he convivido con él toda la vida. Llevaba en el mundo de la moda muchos años, había pasado por casi todas las direcciones de área que tiene una firma textil y era como dar un paso más en una empresa familiar, que estaba al lado de casa y que es una de las más grandes del sector en España.

¿Qué se encontró al llegar a Roberto Verino y qué objetivos se marcó?
Me encontré una empresa estructurada, con un concepto familiar muy arraigado, con un sentido de pertenencia en todo el equipo que me sorprendió muy positivamente y con la posibilidad de poner en valor todo lo que había aprendido. Lo primero que hicimos fue un plan estratégico para profesionalizar la compañía basado en cuatro pilares: la internacionalización, para seguir creciendo; la innovación y la digitalización, que ya estaban muy presentes pero había que seguir impulsando; y la sostenibilidad, que está desde que nació la firma porque la idea siempre ha sido que el producto dure muchos años en el armario, pero queríamos poner en valor también la sostenibilidad desde el punto de vista de los valores de la marca, que nació en Verín, dio trabajo a muchas mujeres que estaban comenzando su emancipación y todavía hoy mantiene la pequeña sede de Verín junto a la del Parque Tecnológico de Galicia.

¿En qué momento está la firma?
En un momento muy dulce. Tiene cuarenta años de historia muy sólida y ha empezado a prepararse para otros 40. Vemos cómo somos capaces de llegar al público de siempre y cómo el más joven se interesa por la marca desde otro prisma. La segunda generación está ahí, detrás pero tomando las riendas. La solidez de una compañía de estas características se basa también en que la marca sea muy potente, y Roberto Verino lo es.

Vemos cómo somos capaces de llegar al público de siempre y cómo el más joven se interesa por la marca desde otro prisma

Queda entonces tela que cortar para otros 40 años. ¿Será posible mantener la esencia con el tiempo?
Tenemos tela de sobra, sí [ríe]. Estamos muy ilusionados y el equipo es muy sólido. La esencia y los valores no se pueden perder, son inherentes a la marca. Roberto Verino siempre será Roberto Verino.

¿Qué define vuestras prendas?
Los valores de la ropa son los de la marca, que pretende construir un armario emocional de modo que el cliente se compre prendas con una calidad muy alta de tejido y un patronaje muy estudiado para que no pase de moda y le puedan acompañar muchos años aportándole una sensación positiva. 

¿Cómo es el armario de Dora Casal?
Soy muy práctica en la forma de vestir. Mi armario está lleno de jerséis, blazers, vaqueros y pantalones. Tengo prendas de abrigo que pueden llevar conmigo 15 o 20 años y me las sigo poniendo.

¿Cuán difícil es para una firma de autor competir con la moda rápida y a bajo precio en el mercado actual?
Es muy distinto comprarse una prenda pensando que es barata y puede no durar nada que hacerlo sabiendo que te puede acompañar mucho tiempo. En este caso, lo ves como una inversión y no como un gasto. Ahí es donde las marcas de autor tienen un espacio cada vez mayor para poner en valor su producto, por la mayor concienciación que tiene la gente sobre el usar y tirar. Por fin nos hemos dado cuenta de que no hace falta comprarse tantas prendas.

La mayor parte del ciclo de producción de Roberto Verino se abre y se cierra en Galicia. ¿No es así?
Diseñamos todo aquí y todo llega a Galicia, no tenemos otros hubs de distribución. A nivel de producción también intentamos apostar por producciones a no más de tres horas de casa. Hay cosas que no se pueden hacer aquí, pero tratamos de hacer lo máximo que podemos.

Diseñamos todo en Galicia y apostamos por producciones a no más de tres horas de casa siempre que sea posible

¿Cuál es la política en comercio online e internacionalización?
A nivel de ventas online, para mí lo fundamental es la integración con lo offline. Creo que la competencia sana que se estableció hace años entre ambos canales no tiene sentido. Al final el cliente compra donde quiere. Lo importante es que se sienta cómodo en cada momento de interacción con la marca. Y en cuanto a la internacionalización, somos eminentemente españoles y tenemos dos países en los que contamos con una presencia importante como son Portugal y México, pero la internacionalización hay que hacerla con cuidado. Cada vez que nos planteamos abrir una tienda fuera tiene que haber todo un plan al lado para que sea realizable. No es abrir para estar en un país más. Ahora mismo estamos muy centrados en expandirnos en los territorios en los que estamos más que en llegar a nuevos mercados. Si surge alguna oportunidad de negocio la analizamos, pero siempre con la idea de estar tiempo allí. 

¿Qué ha aprendido durante este tiempo de Roberto Verino?
Es una persona con la que trabajar es muy fácil y a la que no le importa debatir, que es donde nacen las ideas. He aprendido muchas cosas, entre ellas que existen formas distintas de hacer cosas que se llevan haciendo igual toda la vida.

Usted figura en el ranking de las 100 Mujeres Líderes en España. ¿Qué se necesita para serlo?
No tengo claro cuál es la cualidad o característica de un buen líder porque supongo que depende de la persona. Yo intento ser coherente y trabajar en equipo. Estoy honradísima de figurar en esa lista, pero hay muchas mujeres que no están y que podrían estar más arriba.

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