El comercio gallego perdió más de 1.200 autónomos en el último año

Upta alerta que desaparecerán más de 25.000 pequeños negocios en España este año y pide dotar al sector de tecnología para facilitar la distribución de mercancías y elevar las ventas
Escaparate de un comercio que anuncia su cierre. EUROPA PRESS
photo_camera Escaparate de un comercio que anuncia su cierre. EUROPA PRESS

El comercio gallego se encamina hacia su noveno año consecutivo perdiendo trabajadores por cuenta propia, unos activos que en muchos casos son los que levantan un negocio y cuya baja conlleva también echar el cierre. A falta de un mes para completar el balance de 2023, en noviembre los autónomos de alta en esta rama de actividad (que, además del comercio al por mayor y al por menor, engloba la reparación de vehículos a motor y motocicletas en las estadísticas de afiliación a la Seguridad Social) eran 45.517 en la comunidad, lo que supone 1.215 menos que un año antes.

Desde 2015, se han quedado por el camino más de 7.800 emprendedores en este sector, que concentra dos de cada diez autónomos. La gran mayoría son impulsores de pequeños comercios, un segmento que "pasa por su peor momento".

Esta alerta la lanza la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (Upta), que estima que España perderá más de 25.000 negocios de este tipo en el conjunto de 2023 tras meses de "destrucción masiva". A la competencia de las grandes áreas comerciales, el tirón del comercio online y, en especial, el auge de grandes plataformas de venta a distancia como Amazon se ha sumado últimamente el encarecimiento del coste de la vida como lastres para la actividad del pequeño comercio.

"Hacen que el tejido productivo de pequeña dimensión esté llamado a disminuir cada vez más sus activos", advierte la organización que pilota el gallego Eduardo Abad.

Las estadísticas oficiales de afiliación cifran en 740.630 los autónomos del comercio en noviembre en el conjunto de España, cerca de 14.400 menos que un año antes. 

Con ese telón de fondo, desde Upta urgen "un plan de rescate del pequeño comercio". Instan a Gobierno central, comunidades y ayuntamientos a impulsar medidas que contribuyan a "fomentar de verdad las compras en el comercio local", toda vez que consideran que "los cientos de miles de millones de euros destinados a fomentar las ventas» del sector en los  últimos años "han resultado absolutamente estériles".

La organización cree que la solución está en la distribución de las mercancías, en concreto en la  de última milla. Por eso, planteará a las administraciones herramientas tecnológicas que faciliten la distribución de los productos. Su idea es conectar mediante aplicaciones móviles al comprador con el vendedor y con el propio sistema de distribución para que esta se realice «sin necesidad de un almacenamiento previo». Asegura que esta medida "permitiría dar un salto de competitividad absoluto" y frenar la sangría.

La central alerta sobre el riesgo de que pueblos y ciudades se queden sin servicios mientras el gasto de los consumidores "se va, mayoritariamente, al extranjero". 

Pese a la pérdida de autónomos del comercio, no ha sido un mal año para el pequeño comercio en lo que a facturación se refiere. Entre enero y octubre las ventas registraron una subida media del 4,8% (sin contar estaciones de servicio), mientras que un año antes registraban una caída del 3,8%.