Misterio otni, al descubierto

El Citroën Ami es un vehículo único que levanta expectación y muchas incógnitas a su paso.
photo_camera Citroën Ami. RUBÉN GARCÍA

«¡Mira que coche!», «¿qué es eso?», «¡qué gracioso!», «¡qué feo!», «¡vaya chisme!», «¡qué original!», «¡qué buena idea!», «¡vaya ‘argallada’!»... El Citroën Ami deja a su paso toda una colección de calificativos y de incógnitas sobre el tipo de vehículo del que se trata. Pero lo que está claro es que, aunque levanta pasiones y rechazos a partes iguales, no deja indiferente a nadie. De hecho, ni la propia marca se atreve a llamarle coche y opta por definirlo como objeto de movilidad urbana. Para otros muchos es un objeto terrestre no identificado (otni), a medio camino entre un coche, un scooter de cuatro ruedas o un patinete grande. En todo caso, debo reconocer que después de casi dos jornadas con él me siento, en parte, abducido por sus encantos.

De lo que no cabe duda es que este vehículo está contraindicado para todos aquellos que tengan alergia a llamar la atención. Y es que a lo largo de casi 30 años probando todo tipo de coches, no recuerdo ningún otro que haya hecho girar tantas cabezas a su paso como este. Eso sí, las exclamaciones que acompañan esas miradas son de todo tipo, pero aunque ya sean de halago o de desdeño, la realidad es que siempre van acompañadas de una sonrisa. Y es que el Ami, sea por lo que sea, cae simpático y eso también es una virtud.

Con una longitud de 2,41 metros de largo y 1,39 de ancho, el Citroën Ami es un vehículo ideado para circular en ciudad de una forma totalmente eficiente. Y es que a su carácter biplaza, destacable agilidad y fácil manejo hay que añadir un motor 100% eléctrico que ofrece hasta 75 kilómetros de autonomía y cuya batería se puede recargar totalmente en tres horas en cualquier enchufe doméstico.

NO ES UN COCHE. Sin embargo, la respuesta a esta innovadora solución de movilidad que ofrece el Citroën Ami es que no estamos hablando de un coche, sino de un cuadriciclo que se puede conducir a partir de los 15 años con el carné AM, el de ciclomotor.

El interior es sumamente simple. Los asientos son de plástico rígido con un pequeña tira acolchada pegada y para abrir las puertas se recurre a unas simples tiras. Tampoco hay elevalunas, cierre centralizado o aire acondicionado.

Esto hace que por normativa no pueda desarrollar más de 45 kilómetros por hora, a la vez que le permite renunciar a ciertos elementos de seguridad que resultan obligatorios en un coche actual, como el antibloqueo de frenos, el control de estabilidad o los airbags, que de incorporarlos, además de aumentar notablemente sus 485 kilogramos de peso, encarecería notablemente su precio final. De este modo, la utilización del Ami queda exclusivamente restringida al ámbito urbano y es ahí donde saca a relucir lo mejor de sí mismo.

El diseño es tan simétrico que incluso resulta difícil diferenciar la parte trasera de la delantera. Las puertas son sencillas y ligeras. Una abre de modo convencional y la del conductor, invertida.

El motor eléctrico empuja con fuerza e inmediatez, lo que le permite ser más rápido que la mayoría de los vehículos al salir, por ejemplo, de un semáforo. Su limitada velocidad máxima tampoco es problema para circular por vías que ahora en su mayoría están limitadas a 30, mientras que sus reducidas dimensiones exteriores y su extraordinaria capacidad de giro hacen que las maniobras resulten fáciles y que encontrar aparcamiento sea un juego de niños, ya que casi cualquier pequeño hueco le resulta suficiente.

CULTO A LA SENCILLEZ. De lo que no cabe duda es que el Ami es un culto a la sencillez. Casi tanto, como lo fue el mítico 2CV en su día. Con ese modelo comparte soluciones como la ventanilla de doble hoja, que se abren volcando la parte inferior hacia arriba, o unos asientos muy simples a los que una pequeña superficie de espuma les basta para intentar hacerlos algo cómodos.

Sólo está disponible con una única opción mecánica de 8,5 caballos y un único color de carrocería, denominado Azul Ami. Sin embargo, ofrece seis paquetes de personalización opcionales que permiten cambiar el color de molduras, llantas o pegatinas decorativas.

En el puesto de conducción no hay ningún lujo. Un pequeño cuadro de instrumentos para informar de la velocidad y autonomía restante, unos botones en la parte izquierda del asiento, que sirven para seleccionar la marcha adelante o atrás y, como gran guiño a la tecnología, un sencillo soporte para el teléfono móvil para el que se cuenta con un conector de recarga USB.

La gran superficie acristalada dota el puesto de conducción de una buena visibilidad, aunque el cristal del techo no es capaz de filtrar los rayos del sol, lo que es un hándicap los días de calor, sobre todo, si se tiene en cuenta que tampoco cuenta con aire acondicionado. Otros elementos como el cierre centralizado o los elevalunas tampoco están presentes.

Por su parte, el asiento del pasajero va situado ligeramente más atrás que el del conductor, con el fin de evitar que choquen los hombros de los dos ocupantes. Y, aunque se trata de un vehículo que tampoco dispone de maletero, sí ofrece suficiente espacio en el interior como para llevar una maleta o las bolsas de la compra, para las que incluso hay un colgador.

Desde este mes, cualquier persona interesada puede solicitar online una prueba del Citroën Ami.

Original fórmula de movilidad por 19,99 euros al mes
El peor enemigo del Citroën Ami está en su extremada sencillez, pero precisamente ahí es donde reside su principal encanto. Y es que si no fuera de este modo, sería imposible poder lanzar al mercado un modelo que, gracias al sistema de financiación multiopción, está disponible por solo 19,99 euros al mes. Menos de lo que muchos pagan por su teléfono móvil. 
Para conseguir ese precio únicamente es necesario dar una entrada de 3.521,13 euros, luego abonar 47 cuotas de 19,99 euros mensuales y, al finalizar ese periodo, un último recibo de 3.480 euros, que el usuario puede decidir pagar al contado, financiarlo o, por el contrario, entregar el automóvil ya sea para saldar la deuda o para adquirir otro nuevo. 
Además, el proceso de compra es tan sencillo como el propio vehículo. El usuario debe realizar todo el proceso a través de la web de la marca y, al final, elegir si quiere que el modelo le sea entregado directamente en su propio domicilio —lo que supone un sobrecoste de 200 euros— o si lo quiere recoger en el concesionario, pagando solo 100.
De lo que no cabe duda es que Citroën ha conseguido con el Ami poner la movilidad eléctrica al alcance de todos. Es cierto que no ofrece más equipamiento, ni de confort ni de seguridad, del que tenía un 2CV hace medio siglo, pero es que su precio tampoco es mucho más alto que el de los ciclomotores que hoy en día utilizan algunos jóvenes de 15 años para ir al instituto.

 

FICHA TÉCNICA
Motor: Eléctrico
Batería: Iones litio
Capacidad: 5,5 kWh
Potencia: 8,5 CV
Velocidad máxima: 45 kms/h
Autonomía: 75 kilómetros
Tiempo de recarga: Tres horas
Dimensiones    
Largo / Ancho: 2,41 / 1,39 metros
Peso: 485 kilogramos
Número de puertas: Dos
Número de plazas: Dos
Precio
Desde 7.200 euros

CONCESIONARIO EN LUGO

lucuscar

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