¿Y si el futuro cercanías gallego parase en los aeropuertos?

El cercanías, esa vieja aspiración gallega que ahora ha desempolvado el Gobierno central, podría ser la última oportunidad para dotar a los aeropuertos gallegos de una necesaria conexión ferroviaria, como sucede en cualquier país desarrollado.

De hacerse realidad el proyecto, no estaría de más que esta vez los políticos tengan altura de miras e indiquen a los ingenieros tres paradas irrenunciables: Alvedro, Peinador y Lavacolla —el bien común gallego priorizaría el aeropuerto central de Galicia, pero las encarnizadas luchas localistas hacen obligadas las tres—. Solo así podremos garantizarnos aeropuertos gallegos al menos unas décadas más. Porque Sá Carneiro nos sigue comiendo la tostada. Y allí sí que parará el Ave Vigo-Oporto, que podría convertirse en el verdugo de nuestros aeropuertos.