Opinión

Más carbón

CUANDO LA MÁQUINA  de la economía alemana, esa que se llama motor de Europa, reduce la marcha, lo lógico será tomar buena nota. Lo que supone adoptar medidas de anticipación y no caer en el trágico error Zapatero de negar la realidad. En un plano de hechos de proximidad geográfica y temporal está el anuncio de cierre para Alcoa en A Coruña y Avilés y las noticias que envía el secretario de Estado de Energía sobre las centrales de Meirama y As Pontes. Tocaría por tanto hablar y ocuparse de economía y empleo en lugar de la letanía permanente de un adelanto electoral que cuando un gobierno no logra sacar adelante los presupuestos es normal obligada. Al parón de Alemania le aplican la explicación de una caída en la automación, en consumo y en las exportaciones. En la mala factura entran las consecuencias negativas por las guerras comerciales que abrió el presidente Trump. Las inestabilidades políticas no acostumbran a producir buenas cosechas. Más bien lo contrario. La ciudadanía algo percibe cuando los sondeos del CIS transmiten falta de optimismo: falta de confianza. Hacia esta realidad debería volverse la atención política y no prolongar demasiado una artificiosa situación donde todo intento de transmitir estabilidad y seguridad no es creíble. Pablo Iglesias, al que le daban los números para la moción de censura, entiende ahora que sin Presupuestos, para los que no dan los números, no debería sorprender que se convocasen elecciones.

Sargadelos
La continuidad de Sargadelos necesita clima interno y externo de sosiego. Es importante para el empleo en A Mariña. Y como símbolo de Galicia. Antes ha de ser empresa rentable. Para hacer Galicia hay que hacer empresa. No se entiende que lo que parece un objetivo personal, y desde un conflicto que aparecía con ese componente, se traduzca en acciones que dañarán la imagen de la empresa y su percepción ante los consumidores.

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