Opinión

Muestras de ineficiencia

LA LENTITUD en resolver y la pérdida por los laberintos de la burocracia forma parte de la leyenda negra de las administraciones públicas. El viejo tópico, a veces, se alimenta en la realidad de los hechos. Como cuando se demora meses y hasta años una licencia, como sucede ahora mismo en varias localidades gallegas para la construcción/apertura de residencias de la tercera edad, que esperan respuesta municipal.

Se pueden citar localidades con gobiernos de color político diferente. Esto sucede en un país donde el único crecimiento incuestionable es el de la tercera edad. O esa carta de la conselleira Ethel Vázquez para pedir agilización en las licencias para rehabilitar en A Tinería en Lugo. Puede haber toda la instrumentalización oportunista que se quiera. Formaría parte de la esencia misma de la práctica política de las administraciones de signo diferente en Lugo. Pero, antes de recurrir al ·y tú más", está atenerse a si se cumple o no la agilidad mínima en la gestión.

¿Responde a la realidad? Es un ejemplo. No sirve como excusa descargar sobre el funcionariado la responsabilidad política de la gestión; argumentar con los imprescindibles controles legales o tapar la ineficiencia con una sacralización de la tarea pública frente a la gestión privada. Cuando, además, la estrategia de confrontación y desgaste entre partidos instrumentaliza la gestión de las administraciones sin sentido de la mesura es muy probable que nos encontremos con la parálisis política y la ineficiencia como norma.

¡Más funcioanrios!, pedirán algunos, sin reparar siquiera si la maquinaria existente se activa. Incluso tras las estrecheces de la gran depresión, preguntar y pedir eficiencia, sigue sonando como a explotación en la industria textil en los países pobres. A los responsables políticos de lo público hay que pedirles que gestionen con eficiencia la maquinaria de las administraciones.

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