Opinión

Perplejos

ESPAÑA EN estado de perplejidad, es la definición para este momento del excelente analista José Antonio Zarzalejos. La perplejidad es producto del asombro y la sorpresa. Ahí hay que encuadrar la iniciativa del PP de Madrid, que, por las redes sociales, pide aporte de información sobre la "trama" que descubrió el (presunto) chanchullo del máster de Cristina Fuentes. Si esa es la respuesta, después de los aplausos a la implicada, esto no es una huida hacia adelante: es tirarse por el despeñadero, por muchos "lenguaraces" que Rajoy vea que le van con la afición. ¿Cuál es el asunto para el interés de la ciudadanía en el caso de la presidenta de Madrid? Si hubo o no amaño. A estas alturas, todo, absolutamente todo, apunta a que sí. Pretender colocar en primer plano el quién filtró, en lugar de quién fue a la tómbola del máster, es una muestra más de desconexión con la realidad. Hay más, si se aprovechara la ocasión para la regeneración necesaria, como analizar serena e independientemente para corregir la larga mano de la intromisión de la vieja partitocracia que, en demasiadas ocasiones, con absoluto desprecio a la sociedad civil se repartió parcelas universitarias. No fue o no es solo con los medios de comunicación públicos. ¿No hay en Madrid, por citar un ejemplo menos próximo, universidades con marchamo socialista y marchamo popular? Si parece acertado el diagnóstico de perplejidad para el momento, indicadores para alimentarla hay muchos. De la vieja política llegan voces como la de Felipe González, este domingo en televisión, que dicen en alto posiciones de sentido común frente a tanto entusiasmo por poner letras a himnos que no la tienen.

Epidemia
"Los mediocres encumbrados es hoy por hoy una epidemia". Lo dice Caballero Bonald desde la altura de la sabiduría y una larga vida. Un andaluz que confesó su amor al paisaje de Galicia.

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