Opinión

Taberna

GRACIAS A los que vinieron a regenerar la política, el Congreso se va pareciendo a una taberna de la más baja estofa. Cuando interviene Rufián, por lo que dice y aún más por sus ademanes y tono, es muy difícil pensar que se está en el Parlamento y muy fácil imaginárselo en cualquier tugurio. Ahora, su compañero Salvador escupe —o hace el ademán, que viene a ser lo mismo— a Borrell en plena sesión. Pues esa gente fue votada por millares y millares de personas que se tienen por guays, progres, modernas y cosmopolitas. Y el voto de esa gente —Rufián, Salvador y otros así— ha sido aceptado por Sánchez para ser presidente y, en consecuencia, por tan selecto voto es ministro Borrell.

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