Opinión

La esperanza y la resistencia al cambio

Observo el cielo y a Venus en su esplendor. Veo el amanecer sereno, la línea del horizonte y su rojizo difuminado. 

Cabalgo las nubes a mil por hora y me da tiempo a reflexionar, a contemplar, a pensar. 
Reflexiono sobre el hombre, lo nuevo que viene y lo nuevo que ya está aquí. 

Veo la resistencia al cambio y no soy capaz de asumirla, me enfado conmigo mismo por no comprenderla y mucho menos compartirla. Será miedo o incertidumbre, o simplemente será comodidad. 

Confort mental, físico o espiritual que nos lastra nuestro crecimiento personal, o aún peor, condena nuestro desarrollo como civilización. 

Recuerdo lecturas de antaño y vuelvo a reflexionar, observo las nubes por encima, sin sentimiento de superioridad sino todo lo contrario, con respeto y humildad. Observo el nacimiento de un nuevo día con optimismo, con ganas de aprender algo nuevo, de encontrar un nuevo camino hacia el conocimiento consciente de mis limitaciones. 

Amanece un nuevo día de un mes cualquiera de un año cualquiera y ahí está ella. Ahí está con su semblante tranquilo, pero absolutamente activada. Ahí está Serena y compasiva con nosotros. Ahí está la esperanza. 

La esperanza de saber, de comprender, de tolerar, de aceptar lo que es absolutamente irremediable.
La esperanza de que triunfe en la batalla de la vida la razón. 

La esperanza de cruzar la última frontera posible con la valentía de asumir nuestras barreras intelectuales y la confianza en que otros mejores que nosotros nos ayudarán en el camino del conocimiento. La esperanza que nos dota del valor necesario para aprender cada día. 

Y la curiosidad, seguramente protagonista del desarrollo humano, sin duda cualidad presente en todos esas mujeres y hombres que han conseguido lo que hoy es la humanidad, con todos los defectos y virtudes. 

Observo el cielo ahora donde ya domina el astro rey, a más de 12 km de altura gracias al principio de sustentación y veo la tierra. 

Armado de esperanza veo nuestra tierra y con proyección de futuro me atrevo con mucho respeto a predecir que lo mejor está por llegar, tengamos confianza en el sentido común y en la capacidad de desarrollo de los pueblos. 

Con esperanza, confianza y humildad lograremos entre todos erradicar la resistencia al cambio que sin duda lastra nuestro desarrollo como civilización.

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