Opinión

Solidaridad insultante

LA ESCUELA de Buen Gobierno que el Partido Socialista celebró la semana pasada parece que no consiguió el objetivo de escenificar la unidad de esta formación después del traumático proceso de las primarias, pero sirvió para que Pedro Sánchez hiciera una propuesta que no sé si calificar de ingenua, provocadora o insultante para los pensionistas.

Después de decir que el porcentaje de revalorización actual de las pensiones –"la dictadura del 0,25%"– constituye "el desprecio del PP a aquellos que hicieron posible la España constitucional" afirmó que, si el Gobierno no atiende sus reivindicaciones, en el próximo debate de los Presupuestos pedirá que el sueldo de los miembros del Gobierno, de los diputados y senadores –Adriana Lastra se sumó el lunes a la ejecutiva del PSOE– suba ese mismo 0,25 por cien "en solidaridad con los pensionistas".

Es una extraña solidaridad, casi insultante, equiparar el 0,25 por cien de 900 euros mensuales de una pensión media con ese mismo porcentaje de subida de los sueldos, mucho más generosos, de los políticos o de los miembros de la ejecutiva socialista que preside Sánchez.

En el Parlamento se escenificó la ruptura del Pacto de Toledo, el marco donde deberían sentarse, dialogar y debatir sobre el futuro de las pensiones

Si preguntara a los miles de mayores que están en las calles seguro que le explicaban su dura realidad y le darían mejores ideas para solidarizarse con ellos. Como la propuesta que una pensionista hacía a todos los políticos, del Gobierno y la oposición, también a las ejecutivas de los partidos: que deberían vivir "unha temporadiña" con la pensión media que se cobra en España para conocer de primera mano "cuanto mes les sobraba para tan poca pensión".

O lo que apuntan muchos internautas, adelgazar las administraciones, rebajar los salarios de todo el arco parlamentario -nacional y autonómico- y de todo cargo público, asesores incluidos, que cobran por una productividad manifiestamente mejorable.

En fin, que a veces en la oposición "o falar non ten cancelas". Pero la falta de ideas sobre las pensiones no es exclusiva del PSOE. En el Parlamento se retrataron todos y asistimos, más que a un debate constructivo para solucionar un problema preocupante, a un festival de demagogia, bronco y crispado, en el que cada uno quería pescar en el caladero de votos de 9 millones de jubilados.

Tan preocupante como la falta de ideas fue la escenificación de la ruptura del Pacto de Toledo, el marco donde deberían sentarse, dialogar y debatir para alcanzar un Pacto de Estado que garantice el futuro de las pensiones y las pensiones del futuro. Una pena.

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