Opinión

Lastra y la lógica

ADRIANA LASTRA Fernández es, con Ábalos, figura importante en la actual encrucijada política de Pedro Sánchez y España. Portavoz parlamentaria de Sánchez, vicesecretaria general socialista y, como profesión, una carrera política en ascendente continuo desde las Juventudes Socialistas. Tuvo un paso por los estudios de Antropología Social. Abandonó por el servicio público. ¿Se dice así, no? Es ciertamente el currículum académico y formativo dominante en las cúpulas de la política española: la dedicación a sus líderes en las organizaciones partidarias como vía de ascenso. Es la cooptación por los jefes. ¡A servir cafés! Así andan luego nuestros líderes a hurtadillas tras los títulos académicos, doctorados y másteres. 

Después de escuchar a Lastra tras las reuniones y llamadas telefónicas que programó Pedro Sánchez para llevarnos a la Lotería de Navidad, sospecho que hay que encuadrarla en la lógica informal. Es esa que "examina la naturaleza y función de los argumentos en lenguaje natural, atendiendo más al arte que a la teoría formal del razonamiento". Es que la señora Lastra recurre a la lógica y hasta a la ética política para pedirle al PP y a Ciudadanos que por acción positiva hagan posible el gobierno de coalición de Sánchez e Iglesias. Hay que decirlo en latín: Casado, como señor de la derecha, cometería contradictio in terminis, si con una acción suya hiciese posible la llegada de Iglesias a la mesa del Consejo de Ministros. Sería la plena "reductio ad absurdum" de las posiciones del PP y su líder. 

A pesar de su lógica, Adriana Lastra no pasará a la historia del pensamiento como continuadora de Bertrand Russel

A pesar de su lógica, Adriana Lastra no pasará a la historia del pensamiento como continuadora de Bertrand Russell ni de Ludwig Wittgenstein, el filósofo que amenazó con el atizador de la chimenea a Popper. La señora Lastra atizó lo que pudo y más para rechazar la abstención de su partido en la investidura de Rajoy. Sostiene ahora que el PP y Ciudadanos están obligados por mandato democrático (sic) a hacer posible la voluntad expresada por el electorado (sic) para que Sánchez e Iglesias se coaliguen. Olvida en ese "mandato ciudadano", que ella ve, que la suma de Sánchez e Iglesias no da mayoría suficiente. El mandato ciudadano es el que es: todos los grupos políticos que están en el Congreso. El más votado, el PSOE, en lógica debería conformar a su alrededor la mayoría necesaria. Pero no con la lógica informal de la señora Lastra y otras voces del socialismo de Sánchez que supondría hacer lo contrario de lo comprometido y además renunciar a lo que se es. 

Para seguir con esta lógica de andar por casa, a Aristóteles le debe la filosofía algunas tesis metodológicas, como la de no-contradicción. Y la señora Lastra se contradice ahora consigo misma, frente a su activa posición con Sánchez en el no a Rajoy. Y se contradice en pedir a la derecha que, negándose a sí misma, haga posible un gobierno de izquierdas, "los socios preferentes". 

Una cosa es que Sánchez e Iglesias acuerden una opción de gobierno y otra bien diferente es pretender concluir, con una lógica que no resiste la suma, que eso es mandato democrático.

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