Opinión

Brindis al humo

LAS INTENCIONES aún siendo buenas no siempre, casi nunca, resuelven las dificultades que se quieren orillar sin coger el toro por los cuernos. La Xunta amplía a ochenta (o setenta y nueve) las playas gallegas sin humo, en las que se prohíbe (?) fumar al amparo de la sugerencia. Es decir, sí pero no, lo cual encierra en su contenido un brindis al humo y un "fumaré si me da la gana".

Habrá afines a la nicotina que, por civismo, reprimirán sus impulsos, pero los más se harán el longuis o el sueco y seguirán como si no fuese con ellos. Hace un verano o dos ya se hizo el experimento y con escaso éxito. Las colillas siguen degradando en abundancia los arenales, en una afrenta más cochambrosa que la de impedir, por ejemplo, la presencia de perros cuando los bañistas ya se han retirado. todo ello se resume en que es inútil intentar erradicar el tabaco si la medida no lleva emparejada sanción.

Y no argumenten quienes opinan en contra que el impedimento supone cercenar la libertad de los fumadores, cuando lo que sucede es que son los fumadores quienes atentan contra el derecho de los que se sienten agredidos en un espacio acotado como es una playa. o sea, que todo seguirá igual.

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