Opinión

Burros y apaleados

OTRO DE los muchos manchones de la vagancia e indiligencia municipal es sin duda la incapacidad, falta de voluntad o pasotismo para procurar el uso adecuado y funcional de los aparcamientos públicos, en Plaza de Ferrol, Santo Domingo y Constitución, oprimidos por a una arcaica distribución de plazas, solo servibles para los ‘seiscientos’ u otros vehículos de tamaño reducido, no para los de ahora. Se había acordado redimensionarlas, reconvirtiendo tres en dos, pero se quedó en una intención con tintes de tomadura de pelo al potencial usuario y, en general, al ciudadano que paga impuestos para que se le ofrezcan servicios funcionales.

Parece que el fiasco se engendró al no fijarse quien tenía que materializar la distribución: el Concello creyó que dependía del concesionario y este que del Ayuntamiento. O sea, todo muy sólido y muy claro, estilo demacrado del gobierno local. Eso sí, no existen fisuras es a la hora de tarifar el servicio, a precio igual o superior al de otros estacionamientos que ofrecen comodidad. La guinda del despropósito surge ahora al tolerarse una subida bestial del precio, casi el veinte por ciento, sin que se haya realizado la redistribución. Burros y apaleados.
 

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