Opinión

Compadreo

FUERA de cualquier otra consideración, los políticos, todos contra todos, aprovechan el filón de másters, tesis o títulos sospechosos para avivar la confrontación, en vez de preocuparse por las cosas de comer. Nadie preveía que el presidente del Gobierno penase tan pronto el acoso académico, de desenlace imprevisible, por mucho que traten de quitarle hierro, y que sin duda tiende a desacreditarle. De aquellos polvos, predicando dignididad, vienen estos lodos. Pero al margen del alcance del plagio, por todo lo publicado hasta ahora en lo referente al tribunal que distinguió su tesis con la calificación cum laude, se advierte un compadreo que descalifica de por sí cualquier argumento para rebatir la acusación de tan bajo nivel. No quiere ello decir que no se ciña a la legitimidad académica, pero la sensación es que un grupo de amiguetes se confabuló para otorgar méritos que, por lo que dicen, no reúne el trabajo de Sánchez, y ello sin duda mina la credibilidad del título, prestándose al chorreo para sucesivas descalificaciones. Todo ello con independencia del desprestigio para la Universidad en general. Todo lo malo se pega como la tiña.

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