Opiniテウn

Degenerando

A VECES sorprende cテウmo polテュticos de escaso fuste intelectual accedan a cargos de responsabilidad no coincidentes con su formaciテウn y capacidad, pero tambiテゥn suele darse el caso contrario, cuando un profesional de prestigio, con estatus social elevado, accede al desempeテアo de destinos u ocupaciones pテコblicas que solo contribuyen a degradarle y a deteriorar su prestigio. La reflexiテウn sobre el テコltimo supuesto, muy conocido, corresponde al torero Juan Belmonte, el Pasmo de Triana, considerado como el fundador del toreo moderno y que ademテ。s, siendo un lector compulsivo, se codeテウ con la intelectualidad, de las generaciones del 98 y del 27, siendo amigo, por ejemplo de Valle-Inclテ。n, Hemingway o Gerardo Diego, quien le dedicテウ la Oda a Belmonte. Por cierto, su triunfo en Madrid aconteciテウ el 7 de octubre de 1912 en una corrida en la que tambiテゥn intervino Celita, nuestro torero de Lテ。ncara. Bien, pues el caso es que estando en Huelva, una admiradora le preguntテウ cテウmo era posible el nombramiento de uno de sus banderilleros, Joaquテュn Miranda, como gobernador civil de aquella provincia. La respuesta de Belmonte fue rテ。pida y contundente: "Pues ya ve usted, seテアora, degenerando". Parece, en efecto, la テコnica justificaciテウn razonable.

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