Opinión

Ecologismo radical

ES EVIDENTE que los adversos efectos del temporal, con desbordamiento de ríos, riadas arrasando zonas urbanas o tierras de labor, vendavales y otras devastaciones atmosféricas/ meteorológicas, no siempre, por no decir casi nunca, son controlables por la mano del hombre. Otras veces sí pueden mitigarse o evitarse, lo que no siempre se hace.

En ocasiones se interpone el ecologismo exaltado y radical como movimiento sociopolítico con intereses ajenos e inconfesables, más que por defensa de la naturaleza y la preservación del medio ambiente. A raíz de las últimas y graves inundaciones en todo el país, en Cantabria, por ejemplo, surgieron protestas, a las que sumó el mismo Miguel Ángel Revilla, denunciando o criticando a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico por considerarla responsable de algunos de los desbordamientos en la zona de Reinosa al no haber saneado el curso de los ríos, o no autorizado a hacerlo para preservar la vegetación fluvial.

Cualquier dragado salvaje e incontrolado deteriora los ecosistemas, pero no justifica que los cauces no hayan de ser purgados o depurados de exceso de fronda, hierbajos que acelera los desbordamientos. Ecologismo sí, pero razonable y no forzado por delirios medioambientales.

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