Opinión

Jueces así, no

TODOS LOS humanos somos susceptibles de alentar desatinos y de cometer tropelías. Los jueces también. Pero no es lo mismo el bufido iracundo de un magistrado que el de un picapedrero, sin ningún ánimo de desdeñar a los picapedreros.

El caso del juez que llamó "bicho" e "hija puta" a una denunciante de violencia machista, en una conversación grabada que se produce una vez que terminada la vista de la demanda de divorcio para decidir las medidas sobre la custodia de los dos hijos, dos bebés de 21 y 10 meses, se diluirá con la apertura de diligencias por parte del CGPJ y, en el peor de los casos, con una sanción máxima, dicen de cinco mil euros, cuantía ‘inasumible’ para un juez que se atrinchera atribuyéndolo a una conversación privada.

Acabarán dándole la razón, pero con independencia de si es merecedor o no de un correctivo, está la deontología profesional, y los magistrados que se comportan con esa obscenidad no merecen permanecer en la carrera judicial ni un día más, por mucho que la legitimidad se lo permita. La ética, el decoro, la buena educación y el respeto no se rigen por el Código Penal, pero son imprescindibles para impartir Justicia. No con jueces así.

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