Opinión

Liga alicaída

POR LO que sea, la Liga de fútbol, en Primera, no es lo que era. Se está devaluando. Para algunos, como los seguidores y forofos de los más grandes, es irreconocible y carente del interés que rezumaba el campeonato con triunfos siempre de los mismos, de los suyos; para otros, el atractivo es mucho mayor, gracias a la incertidumbre que marca el compás de la competición. Cualquiera puede ganar a cualquiera, aunque al final sean siempre campeones los poderosos. O no. El caso es que nadie esperaba que el modesto Levante, con un comienzo liguero muy débil y a trompicones, vapulease nada menos que al Barça en un pispás de tiempo. O que el Madrid fuese incapaz de marcarle un gol al Betis en el Bernabéu. O que el Atlético no diese más de sí en Sevilla.

El caso es que el torneo, considerado el mejor del mundo, se cerrará, salvo que se produzca un vuelco, que puede producirse, con muchos menos puntos sumados que hace doce o trece años. Nada que ver con aquellas redondas conquistas de 100 puntos que encumbraron a Mourinho (2011/12) en el Madrid y o al desaparecido Tito Vilanova (2012/13) en el Barça. Pero la decadencia tiene su lado positivo, el de la igualdad sobre el campo. No la de los presupuestos.

Comentarios