Opinión

Okupaciones

DE LOS okupas por indigencia, por quienes no tenían otra opción que invadir una propiedad para supervivir bajo techo, el apuro derivó peligrosamente hacia mafias que dominan los okupas profesionales, avaladas por un gran negocio. En apariencia, la nueva ley de desahucio exprés, vigente desde hace medio año, limitó su espacio de maniobra, que no todos los afectados reconocen, pero en teoría debería permitir que la usurpación de una vivienda sea resuelta por lo civil en el plazo de un mes, 
cuando antes el desalojo podría prolongarse durante dos años o más, retardo que garantizaba estabilidad delictiva.

No siempre es así y el número de inmuebles expoliados sigue siendo altísimo. En 2017, año del que se dispone de datos, el número de ocupaciones en España fue de cerca de once mil, denunciadas e investigadas, porque con seguridad hay otras muchas que ni se denuncian ante la inoperancia y la lentitud judicial para resolver este tipo de situaciones, y también por miedo a coacciones de quienes se resisten a soltar la presa. Ahora mismo, se cifra en casi cien mil las viviendas usurpadas, la mayoría por mafiosos, delincuentes que se mueven protegidos por la impunidad.

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