Opinión

Richard Gere en La Moncloa

EL PRESIDENTE del Gobierno recibió a Richard Gere. Corrijo: el presidente recibió a Richard Gere y estuvo dos horas hablando con él. El presidente del Gobierno no ha encontrado hueco en la agenda para reunirse con las asociaciones de víctimas del terrorismo, pero sí para conversar dos horas con Richard Gere. Richard Gere no es el primer ministro de un país, ni preside ninguna nación del mundo libre. Es un actor de Hollywood que ahora dedica su tiempo y su buen hacer a una ONG (por cierto, enorme la labor que desempeña la fundación RAIS en defensa de los sin techo), pero sospecho que a Pedro Sánchez se le abre mucho más la boca por lo primero que por lo segundo. En nuestro país hay muchos hombres y mujeres del nivel de Richard Gere, sólo que no han hecho una película con Julia Roberts y cuentan con menos altavoces para sus causas solidarias. Por lo demás, esas personas tienen la misma ilusión y las mismas ganas que él de vivir en un mundo mejor, más solidario, más justo. Pero llega Richard Gere y a Sánchez le ha faltado tiempo para sacar la alfombra roja, porque es el de ‘Oficial y caballero’. Me pregunto qué piensan hoy los presidentes de tantas organizaciones españolas que se dejan la piel en proyectos solidarios y que esperan en cola ser escuchados durante diez minutos por el presidente del Gobierno. Porque no fue una foto protocolaria, ni una palmada en la espalda. Fue una cumbre de líderes: el rey del cine y el fantasma de Moncloa. Dos horas estuvieron. Dos. A Richard Gere, con todos mis respetos, no le dedica ese tiempo un presidente ocupado: ni Macron, ni Merkel, ni May, habrían regalado ciento veinte minutos de su agenda a un actor de Hollywood, por muy buenas noticias que traiga. El selfie de dos horas del presidente con Richard Gere es la ración de ridículo semanal que nos regala el doctor Sánchez. Espero que, al menos, no haya fardado de helicóptero delante del famoso. Qué bochorno, señor. Cuánta estulticia. Qué vergüenza.

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