Corazones en la cadena

Fleetwood Mac. EP
Fleetwood Mac. EP
El 30 de diciembre de 1974 dos hombres negociaban duramente en una llamada telefónica. A un lado, las exigencias: o mi novia y yo, o ninguno. Al otro lado, la resignación: está bien, los dos; pero te queríamos solo a ti. Así fue como Fleetwood Mac incorporó a Lindsey Buckingham y Stevie Nicks a sus filas, antes de la histórica explosión.

EL ÉXITO, entendido como parámetro al que aproximarse, puede ser manipulado o favorecido, pero opera siguiendo factores aún imprevisibles. Prima la conexión real y humana sobre cualquier cálculo realizado. Así, la banda de rock Fleetwood Mac ha conseguido sostenerse en el imaginario colectivo como una de las más relevantes del pasado siglo. Como dato, supera los 50 millones de oyentes mensuales en Spotify, en donde también son el 50º artista más escuchado del mundo. Por comparación, The Rolling Stones o The Beatles rozan los 30 millones. Sin que las cifras representen trascendencia, sí indican uso.

Fleetwood Mac se originó en Reino Unido y progresivamente abrazó su inclinación estadounidense hasta terminar entregado al sonido californiano. Además, su fama resulta muy irregular, centrándose casi en exclusiva en los mercados ingleses y excepciones europeas. Sin embargo, un solo álbum les permite situarse en un lugar privilegiado y continuar tan vigentes como antaño, más presentes que sus coetáneos y predecesores. Rumours es el octavo disco con mayores ventas de la historia, aunque su creación traumatizó a cada persona involucrada.

Referir a la historia al completo de Fleetwood Mac supondría analizar en detalles una bestia musical con más de medio siglo de historia, tiempo en el cual mutó en estilo e integrantes hasta la casi desaparición. La banda nació en Londres durante la unión entre blues y rock. Allí, Peter Green, histórico guitarrista, grabó con Mick Fleetwood y John McVie cuatro canciones en una sesión que había sido un regalo de John Mayall, capitán de la banda en la cual Green entró para sustituir a Eric Clapton.

El resultado de los tres hombres fue tan satisfactorio que se juntaron en una formación de nombre enrevesado, que se simplificó en apellidos de dos de ellos: Fleetwood Mac. Debutaron con un disco homónimo de presentación y en Reino Unido gozaron de un éxito notable, aunque nada fuera de las islas, salvo un rumor en Estados Unidos. Pronto llegaron otros álbumes e incorporaciones, más músicos, y ocasionalmente el trabajo de composición de Christine Perfect. En 1968 rechazaron una oferta de la discográfica de los Beatles y se marcharon con Warner, en la primera de las decisiones dudosas.

Exhaustos por las giras incesantes

En los años 70 nada auguraba más que éxitos de Top 10 en países europeos y algún Top 100 en Estados Unidos. Además, las giras incesantes mantenían a los miembros tan exhaustos como ahogados en su creatividad. Peter Green consumió demasiado LSD en un mal viaje y sufrió un brote de esquizofrenia del que jamás regresó. Solicitó al resto de la banda que entregasen todas sus pertenencias y dejasen sus actividades para entregarse a la humanidad. Tras esa transformación espiritual, fruto de un sueño con ángeles y niños hambrientos, Green abandonó Fleetwood Mac.

Christine Perfect, ahora McVie tras casarse con el integrante del grupo, se unía definitivamente a la formación y el liderazgo se dividía en la facción joven, dos de los músicos de reciente incorporación. Ellos apostaron por subirse a la ola del rock, dejando el blues al mínimo.

Sus intentos, contra todo pronóstico, no funcionaban de manera regular y perdieron popularidad en Europa mientras se asentaban en lugares como Australia. Durante una gira, Spencer, uno de los jóvenes líderes, salió del hotel y no regresó jamás. Lo buscaron durante semanas y terminaron encontrándolo en un culto religioso. Se había unido a la secta destructiva Niños de Dios. De nuevo, debían reformar el grupo.

Después de sucesivos lanzamientos con resultados irregulares y contadas canciones permeando en el público, como Hypnotized, Fleetwood Mac sobrevivía herido de muerte. Resistían dos fundadores y varios miembros se habían unido y renunciado en cuestión de meses. Christine McVie había ganado peso interno como compositora de las únicas pistas que funcionaban y seguían sin encontrar un sonido genuino con el que superar sus orígenes, el blues, y mantener una independencia del rock del momento. John McVie comenzaba a sufrir un grave alcoholismo que lo incapacitaba durante días.

Todo el año 1974 resultó un punto de inflexión. Por una parte, Mick Fleetwood obligó a cancelar la gira al completo tras enterarse de una infidelidad de su esposa con un iluminador del equipo. Intentando superar nuevas crisis entre rumores de separación y una credibilidad mínima por 26 conciertos cancelados, todos se mudaron a Estados Unidos y nuevas salidas dejaron a Fleetwood Mac compuesto por Christine y John McVie, y Mike Fleetwood. En ese estado tan débil, debían intentar un último cartucho: sangre novísima, giro radical.

La solución surgió cotidiana. Mick se desplazó a los estudios Sound City para charlar con un técnico amigo. Este le puso un tema que se encontraba mezclando para que apreciase la guitarra. Aquel solo impresionó a Fleetwood. Se obsesionó con fichar al autor, Lindsey Buckingham. Él exigía admitir a su novia, Stevie Nicks, con quien compartía un dúo musical.

Suavizar el mensaje para triunfar

Lindsey y Stevie jugaban con la androginia de sus nombres. Se habían conocido en su instituto de Palo Alto y ya de adolescentes se entregaron al romance. Él pertenecía a la psicodelia y ella, al misticismo. Eran jóvenes, muy sexuales y capaces de ser famosos. Brillaban por mérito propio y todo en ellos se resumía como intenso. Buckingham y Nicks trajeron directrices muy claras: ir por el camino del rock californiano, suavizar el mensaje, no temer al pop y ahondar en la composición musical, tanto de letra como de partitura. Hacerlo todo más difícil y que sonase más sencillo. Desconfiaron sobre cómo trabajarían juntas las dos mujeres de la banda y el resultado hasta el final fue pacífico y de apoyo, resultando en los únicos miembros del grupo que jamás pelearon.

La nueva alineación tardó tres meses en escribir y producir el siguiente disco, el undécimo en su trayectoria. Lo llamaron Fleetwood Mac, igual que su debut, para lanzar el mensaje de renacimiento. Los sencillos Over My Head, compuesto por Christine McVie, Rhiannon y Landslide, compuestos por Stevie Nicks, funcionaron a la perfección. Por primera vez en años, su sonido era sinónimo de éxito. Sin embargo, el protagonismo de Nicks fue tan inesperado como mal recibido por su pareja. Pronto la acusaron de brujería por su estética y magnetismo.

A medida que la fama los cercaba, sus vidas privadas perdían espacio. Así, mientras tocaban en directo y su popularidad se ensanchaba, los titulares recogían todo tipo de información: rupturas, abandonos, peleas, adicciones, infidelidades, egos, previsión de fracaso. Fleetwood Mac combinaban dos elementos de difícil matrimonio en el rock: esencia y cotilleo.

Tras posar para Annie Leibovitz en una portada histórica de la revista Rolling Stone, la banda asume el torbellino y decide regresar al estudio. Este conforma uno de los momentos más bajos de la música en el siglo pasado. La discográfica les había reservado en exclusiva un espacio en Los Ángeles y el presupuesto para su trabajo se consideraba amplio, sin mucho justificante. Gracias a eso, la mayoría del mismo se dedicó a drogas y alcohol. Tanto así, que estudiaron la posibilidad de incluir a su camello en los créditos, aunque murió de sobredosis antes de que se publicase.

Divorcio en malas condiciones

En aquel momento, todos estaban solteros y las dos parejas del grupo, absolutamente desintegradas. Stevie y Lindsey se habían distanciado entre los celos y las diferencias creativas, por lo que ella se permitía otros romances, como el que mantuvo con el batería de los Eagles. El golpe de gracia, la aventura de un mes que mantuvo con Mick Fleetwood. Del mismo modo, John y Christine McVie se habían divorciado a las malas, con infidelidades y reproches; tanto así, que llevaban a sus novios temporales al estudio para molestar al otro.

Según trabajadores y la propia banda, la jornada laboral comenzaba a las siete de la tarde. Cada día llegaban, buscaban bebida y se emborrachaban. Al mismo tiempo, una bolsa de terciopelo salía del bajo de la mesa central a la luz. Ahí se guardaba la cocaína, de libre uso y disposición para todos. Más sustancias jugaron su parte en el proceso. Individualmente, Christine empataba con los hombres, John llegaba ya borracho porque bebía desde la mañana, Mick alternaba botellines de cerveza con porros, Buckingham combinaba marihuana y cocaína, lo que generaba enormes peleas, y Stevie Nicks introducía un gramo de cocaína en su bota cada mañana para ir servida hasta llegar al estudio. Aquel entorno los transformó y de los celos naturales, pasaron a la paranoia. Todos los días se pegaban por uno u otro motivo.

Lindsey Buckingham rechazó hasta siete pianos porque le sonaban desafinados y contrató a sucesivos afinadores hasta encontrar lo que quería. Durante la grabación de You Make Loving Fun, Nicks y su exnovio debían cantar los coros, unas preciosas dedicatorias de amor. Sonaban angelicales, pero cuando paraban la cinta aquello se transformaba en insulto: bastardo, cabronazo y un largo etcétera. Songbird se grabó en un teatro vacío y con 15 micrófonos entre ramos de flores en el escenario. Debían cambiar las cuerdas de las guitarras cada 20 minutos de grabación para no perder el sonido fresco del material.

Años después se supo que Stevie se había practicado un aborto para poder realizar aquella grabación y continuar con el grupo. Ella misma desentonaba ya de Fleetwood Mac, aunque quería seguir. Los rumores de debut en solitario sobrevolaban y terminaron por ser ciertos. Su fama es tan grande como el de la propia banda. Contrariamente, en aquella época ella solo sabía tocar la pandereta y escribir; así que pasaba enorme cantidad de tiempo aislada, incluso en los estudios vecinos.

Se escondían unos de otros cuando intuían las peleas y las bromas habían quedado prohibidas después de cambiar la cocaína por talco y fingir que se caía al suelo. La crispación era absoluta mientras que las canciones debían dedicársela a personas que tenían a menos de un metro, para bien y para mal.

La única pieza escritura por todos fue The Chain, que se mantiene como un himno. El resto de temas debían pasar el corte de los propios miembros, así Go Your Own Way casi fue prohibida por Nicks y You Make Loving Fun fue negociada hasta el final, haciendo creer a John McVie que se dedicaba al perro de su exmujer y no a su actual novio. Silver Spring quedó fuera del disco, aunque vio la luz años después y se convirtió en otro absoluto hit de la banda. Aquel veto hirió a Stevie Nicks, su compositora, que luego se vio resarcida.

Una energía superior los mantenía unidos

La tensión motivaba tanto la creación como la entorpecía. En líneas generales, fluía una sinergía superior al conflicto que aupaba las buenas ideas y enviaba a las normales a la basura. Habían optado por la simplificación del esquema musical, estrofas y versos cortos, palabras básicas, poca espiritualidad. La emoción, tan pura y dolorosa como ese momento en que la concebían.

La única salvedad incumbe de nuevo a Stevie Nicks. Sus propuestas sufrían más tijera que las de otro miembro y ella, como artista, era más cuestionada. En una ocasión, se retiró a una sala del estudio acondicionada con una cama de matrimonio. Compuso la letra en diez minutos, se sirvió de su voz y un piano para grabar los acordes. Regresó con la cinta y se la puso a Lindsey. Él la odiaba, pero apreció lo que oía. Sonrió y llamó al resto. Christine la despreció por ser solo tres acordes y una nota a la izquierda, los otros se resistían. Lograron convencerlos y grabarla al completo. El tema se titulaba Dreams y se convirtió en el único número 1 oficial de la banda en Estados Unidos. Tal es la supervivencia del tema a través de las décadas que se convirtió en una de las primeras pistas virales en TikTok.

Durante todo ese tiempo, cada día, una noticia como mínimo saltaba a la prensa. Eran el eje de la prensa rosa y la musical. Por ello, llamaron al disco Rumours, rumores, como los que corrían. Cierto es que no terminó ahí el periplo, ya que meses después de empezar a grabar encontraron un problema con las velocidades y las cintas. Probaron las canciones con público mientras la discográfica se gastaba un dineral en recuperar ese material.

Finalmente, después de siete estudios de grabación y más de un millón de euros de inversión, Rumours llegó al mercado. Desbancaron al impertérrito número 1 Hotel California de los Eagles, que ellos luego mantuvieron hasta 31 semanas, ganaron infinidad de premios y vendieron 10 millones de unidades en el primer mes, 45 millones hasta el día de hoy. En Reino Unido lleva 916 semanas en lista, es decir, unos 18 años. En 2024 destacó como el vinilo más vendido del año.

La historia de Fleetwood Mac no mejoró en términos personales, aunque su leyenda se ensanchó con trabajos como Tusk y, especialmente, Tango In The Night, su otro gran éxito. Sin embargo, las adicciones y los conflictos alcanzaron la violencia física, las amenazas y lo verbal en público. Terminaron por cesar su actividad, expulsaron a Buckingham y se retiraron del estudio y casi totalmente del escenario, salvo giras puntuales.

Christine McVie falleció en 2022 rodeada de rumores de reunión, aunque la intentona una década atrás había terminado en reproches cruzados. Sin embargo, el pasado mes de julio, Stevie Nicks y Lindsey Buckingham realizaron una publicación conjunta en redes. Terminaban la guerra con un verso de la canción con la que lograron entrar en Fleetwood Mac. Como bien compusieron los cinco en The Chain, ellos nunca romperán la cadena.

Comentarios