Puertas del Camino: Cáparra

En pleno campo, en medio de la nada, como un espejismo. La soledad que rodea el arco o pórtico romano de Cáparra lo engrandece aún más
Cáparra. VIAMAGICAE
photo_camera Cáparra. VIAMAGICAE

El viajero es un enamorado de Extremadura. Y la zona de Plasencia la ha visitado y recorrido muchísimas veces desde hace décadas, aprovechando sus por lo menos anuales peregrinaciones a Monfragüe para observar aves rapaces. Además de por esto, el viaje de hoy le es especialmente grato, pues los dos enclaves a los que se dirige, aunque conocidos, los tenía un poco abandonados.

El embalse de Gabriel y Galán, poeta con raíces en estas tierras, es enorme y tiene gran interés paisajístico y ornitológico. Pero cuando fue construido, a mediados del siglo pasado, anegó parajes de singular valor y expulsó a hombres que eran de aquí desde generaciones atrás. Las aguas no llegaron a sumergir la histórica villa de Granadilla, pero llegaron hasta sus mismas murallas y la dejaron como un islote con un único y difícil acceso. Sus habitantes, sin terrenos que trabajar ni donde pudiera pacer el ganado, tuvieron que aceptar la expropiación que se les impuso y marcharse. El pueblo quedó entero, pero vacío, fantasmal. Hoy está siendo restaurado, pero no para devolvérselo a los antiguos propietarios, sino para que se den cita allí, en una especie de campamento lúdico-educativo, turnos de jóvenes estudiantes.

Estos planes oficiales poco le importan al que hoy vuelve a una Granadilla casi vacía, con su muralla, su pequeño castillo, su calle central, su plaza, su iglesia y sus casas de más o menos categoría. Una de estas casas está recién pintadita y tiene, no sabe por qué razón, en su fachada unas conchas como las que hay en el palacio de Salamanca. El pueblo tiene historia e interés, está en un enclave único, como en medio de un lago. Sin duda merece la pena conocerlo, pero no se puede dejar de pensar que es como una especie de decorado, falto de la vida que se llevaron con ellos sus expulsados vecinos. Tras saludar a unos gatos que estaban por allí, el viajero sigue camino.

Y llega a la que fue ciudad romana de Cáparra. Llega y se encuentra cerrado el recinto de las excavaciones, porque es hora de comer, hay que joderse. Pero gracias a que uno de sus acompañantes es más decidido que él, consigue llegar al singular y magnífico arco o pórtico cuadrifronte, único de estas características que hay en España e incluso, según leyó en algún sitio, en el mundo: le encanta. Un miliario tiene grabado CX. Es decir, que está a ciento diez millas romanas (cada una de estas millas casi kilómetro y medio) de Emerita Augusta (Mérida), en plena Vía de la Plata que seguirá a Asturica Augusta (Astorga). Ahí queda eso. 

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