El modelo de gasto de los peregrinos en el Camino de Santiago genera más empleo que el del turismo convencional. Es una de las conclusiones del estudio sobre el impacto del Xacobeo en la economía local y autonómica que está actualizando la Universidade de Santiago.
La razón es que la estancia del caminante es mayor y el gasto medio más elevado, además de registrar una tendencia a repetir experiencia o visitas en el futuro, algo que aseguran querer hacer hasta un 80% de los caminantes.
Según este informe, que pone el foco en el Camino Francés y lo extrapola al resto de rutas xacobeas, el gasto realizado por cada caminante equivale al que efectúan 2,3 turistas nacionales, un euro de gasto supone un 18% de empleo, aunque se prevé que esta cifra aumente al incorporar al análisis los cambios en el consumo de los últimos años y la creación de empresas con el horizonte del Año Xacobeo 2021 y 2022 y a pesar del parón de la pandemia.
Así, el informe de Turismo de Galicia y la USC destaca que en la cesta de consumo de los peregrinos destacan los gastos en bienes y servicios más intensivos en empleo (los servicios de comida y bebida suponen el 61% de su gasto frente al 26% en el caso del turista no residente) y que además se producen localmente (el peregrino muestra una mayor preferencia por productos de proximidad de las ciudades y villas que recorren).
Por su parte, el turista convencional gasta una importante parte de su presupuesto en transporte (aproximadamente un 23%), gasto con un bajo efecto multiplicador a escala local y que, obviamente, es casi nulo para el peregrino en su recorrido por Galicia.
Entre las conclusiones socioeconómicas de este estudio, el impacto del peregrino sobre el territorio contribuye de manera específica al reequilibrio territorial, la generación de tejido empresarial y, en última instancia, a la fijación de población en el territorio donde discurre el trazado.
Para analizar las cifras del Camino hay que detenerse en su evolución en los últimos años.
En 2017 la ruta xacobea superó por primera vez la barrera de los 300.000 caminantes, una cifra que en 2018 alcanzó los 327.378, nueva marca, sin que ninguno de los dos fuese Año Santo. 2019 fue un año de récord. Entonces se entregaron 350.000 compostelas, el documento que acredita haber recorrido por lo menos los últimos 100 kilómetros de los itinerarios xacobeos a pie o a caballo o 200 kilómetros en bicicleta.
La llegada del Año Santo hacía prever que el 2020 todavía sería mejor. Sin embargo, la llegada de la pandemia paralizó durante dos años a las empresas del sector.
Así, en 2020 se dieron solo 54.414 credenciales. El año pasado ya fue de recuperación, con 178.912 compostelas entregadas de las que 98.090 corresponden al Camino Francés y 34.247 al Portugués.
Todo apunta a que este año podría ser de nuevo de récord, a punto de entregarse la compostela número 100.000, tal y como destacó el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en la Comisión de Recursos Naturales del Comité de las Regiones, donde se puso el Camino de Santiago como ejemplo de turismo sostenible.
Según las cifras facilitadas por la Consellería de Turismo, el impacto de los peregrinos suponía hasta 2017 un 2,3% del gasto turístico en Galicia, así como un incremento de la población residente en los municipios por los que transcurre su trazado como Pontevedra, Barro o Caldas de Reis.
Del efecto de la ruta Xacobea en la economía local habla también el incremento de establecimientos destinados a alojamiento. Y es que el número de hoteles creció en un 8,1 % en Galicia entre 2009 y 2019, pasando de 839 a 907 establecimientos de este tipo, que copan el 38 % de las plazas turísticas de la comunidad y el 69 % de su demanda turística, tal y como recoge el informe Dinamismo do sector hoteleiro en Galicia 2009-2019, elaborado con datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) y el Rexistro de Empresas e Actividades Turísticas de Galcia (REAT).
