Tres profesores y dos ingenieros del grupo de mecánica de estructuras de la Escola Técnica Superior de Enxeñeiros de Camiños, Canais e Portos de la Universidade de A Coruña (UDC) llevan 13 meses inmersos en el diseño estructural del primer avión hipersónico europeo que volará a ocho veces la velocidad del sonido, esto es, a unos asombrosos 10.000 kilómetros por hora. La aeronave, que podrá transportar a 300 personas, está llamada a ser la sucesora mejorada del Concorde, que era capaz de completar un viaje entre París y Nueva York en tres horas y media, tenía capacidad para 144 pasajeros y operó por última vez el 24 de octubre de 2003, principalmente por su elevado coste de fabricación y mantenimiento.
Financiado por la UE, en el proyecto Stratofly trabaja un consorcio en el que participan grupos de investigación de Francia, Italia, Alemania, Holanda, Suecia y España. El cometido del grupo coruñés es dimensionar y optimizar la estructura del aparato para que sea estable, "minimizando el material a utilizar para reducir el peso, la clave para que un avión vuele con un gasto de combustible eficiente", como constata el catedrático de la UDC Santiago Hernández. La idea es que la aeronave sea capaz de cubrir 20.000 kilómetros en tres horas, esto es, la mitad del perímetro de la tierra, el equivalente a viajar de Londres a Nueva Zelanda. El responsable del grupo intervino este jueves en el III Congreso Internacional Aeronáutico y Espacial, organizado por el Consorcio Aeronáutico Gallego (CAG) en Santiago.
El Concorde volaba a dos veces la velocidad del sonido; el hipersónico irá cuatro veces más rápido y tendrá más autonomía
En declaraciones a AGN, explicó que esta proeza de la ingeniería, que estará operativa en diez años, volará en la estratosfera a unos 30 kilómetros de altitud, cuando ahora una nave convencional opera a 10. La fase de diseño concluirá a finales de 2020 y, a continuación, se abriría una segunda parte del proyecto Stratofly en la que se realizará una definición "más detallada" del avión. Entonces podrían sumarse ya los grandes fabricantes a un proyecto que puede traer oportunidades a la industria gallega.
En cuanto al impacto en los pasajeros que supondrá esta revolución en la forma de viajar, el catedrático explica que la experiencia del viajero será idéntica a la actual. "La presión en el interior del avión seguirá siendo la equivalente a estar a 1.500 metros de altitud, esto es, como cuando subimos a Pena Trevinca". Hernández incide en que la misión encomendada a la UDC es "crucial", pues consiste en diseñar un avión seguro "utilizando la cantidad de material necesaria". "La aviación es el medio de transporte más seguro, pues la probabilidad de sufrir un accidente es 70 veces menor a la de que toque el Gordo de Navidad", sostiene el experto.
El dron Targus de Rozas
El foro también sirvió a Indra para avanzar que a finales de 2019 iniciará sus pruebas de vuelo el dron ‘Targus’, desarrollado en el polo de Rozas. En el evento, el conselleiro de Economía destacó que el complejo de Castro de Rei ha impulsado ya la creación de 400 empleos.