El billete de 500 inicia su retirada

Los conocidos como 'binladen' dejan de fabricarse y serán cada vez más difíciles de ver, aunque los que hay se pueden usar

Billetes de 500. EP
photo_camera Billetes de 500. EP

Las máquinas de fabricar euros ya no producen billetes de 500. Los 'morados', esos que a muchos ciudadanos de a pie le sobran los dedos de las manos para contar las veces que los han visto o tenido en su bolsillo, dejaron de imprimirse este domingo. 

Era la fecha que el Banco Central Europeo (BCE) había marcado hace más de dos años para iniciar la muerte lenta de los billetes de mayor valor de cuantos circulan por el sistema monetario común. El principal objetivo: reducir poco a poco el peso de una figura utilizada en operaciones de blanqueo de capitales y en actividades ilegales como el narcotráfico o el terrorismo.

A favor de su progresiva retirada también juegan el hecho de que muy poca gente los lleva en su cartera, que han perdido utilidad con el auge de los medios de pago electrónicos y que a los empresarios poco les gusta usarlos en sus transacciones económicas.

Eso si, si alguien tiene uno de los 'grandes' en la hucha, bajo el colchón o en una caja fuerte, puede estar tranquilo, porque seguirán siendo de curso legal. Podrán usarse para comprar sin ningún problema o para ahorrar, porque su valor se mantendrá indefinidamente. Las entidades financieras y las casas de cambio de moneda los entregarán y los billetes existentes solo serán borrados del mapa cuando caigan en manos de los bancos centrales de la eurozona.

Por eso, si cruzarse con uno ya era anecdótico, a partir de ahora lo será más, haciendo honor al sobrenombre de 'binladen' con el que han sido popularmente conocidos por eso de que todos saben que existen pero pocos los ha visto.

En todo caso, 'haberlos haylos', aunque cada vez sean menos. Los últimos datos del Banco de España cifran en 31 millones el número de billetes de 500 puestos en circulación en diciembre en el país, siete millones menos que un año antes. Entre todos sumaban 15.500 millones de euros. A nivel mundial, circulan unos 520 millones de los morados, apenas el 2,4% de todos los que hay en movimiento, y su valor equivale a la quinta parte del que suma todo el efectivo. 

Esta extinción premeditada arranca dos décadas después del nacimiento de euro. Antes, en la era de la peseta, el billete más 'grande' era el de 10.000 ‘rubias’, apenas unos 60 euros. Pocos sentirán ahora el fin del de 500.

PINCHAZO. El mayor grado de protagonismo que alcanzaron los billetes de 500 euros en España tiene fecha y lugar. Fue en pleno boom del sector inmobiliario, cuando la actividad de compraventa de vivienda era frenética y resultaba bastante común que una parte de las escrituras se pagasen en negro.

Con ese telón de fondo, el país concentraba en verano de 2007 cerca del 27% de los 'morados' en circulación. Sin embargo, con el pinchazo de la burbuja y el inicio de la crisis comenzó a reducirse también el uso de estos billetes.

La decisión del BCE de hacerlos desaparecer de forma progresiva no fue bien recibida en toda la zona euro. Alemania y Austria se opusieron a la medida y la institución monetaria permitió a sus bancos centrales mantener la impresión hasta el próximo 26 de abril, alegando que lo usan más. 
 

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