"Me gustaría que el sector textil recuperase el palpitar que tuvo en otros momentos"
La moda y la política se mezclaron en la trayectoria de Javier Guerra desde muy joven. Ocupó puestos de responsabilidad en la distribuidora de New Balance en España, en Nike o Camper hasta que creó su propia empresa y llevó al éxito la marca El Niño. En su otra faceta, el vigués comenzó en las Nuevas Generaciones del PP, fue concejal, conselleiro de Economía y senador, pero su pasión es la moda.
Tras la asamblea que lo designó nuevo presidente de Cointega en julio incidió en el reto constante de reinventarse que tiene el sector. En estos momentos, ¿hacia dónde debe caminar para reforzarse?
El sector en Galicia tiene dos caras: la de las grandes empresas, como Inditex, que crece continuamente y lo hace más que la competencia, y la de firmas de menor tamaño a las que les cuesta mucho pelear en un mercado que es muy global y complicado. Las primeras saben perfectamente hacia donde ir, pero el resto del sector debe trabajar para mejorar los equipos directivos, posicionarse en calidad y marca o ser capaces de vender en países punteros para darse a conocer a nivel internacional. El textil también debe atraer profesionales con un perfil diferente, que aporten nuevas ideas y formas de comercialización. Y se necesita un entorno que favorezca la creación de nuevas empresas.
¿Actualmente no se dan las condiciones para que nazcan firmas?
En Galicia es muy difícil conseguir capital semilla para poder lanzar nuevas vocaciones empresariales. Lo viví en persona cuando lancé mi propia empresa. Tenemos un sector con mucho conocimiento y tradición, pero falta ayuda. Hay que apoyar a las empresas desde el punto de vista de la financiación y facilitar su constitución. Es un sector bonito, interesante para trabajar, pero muchos proyectos se quedan en las primeras etapas.
En Galicia es muy difícil conseguir capital semilla para poder lanzar nuevas vocaciones empresariales
Uno de los retos que se marca la estrategia de Cointega hasta 2027 pasa por aumentar el tamaño de las empresas, por ejemplo a través de compras y fusiones. ¿Hay disposición dentro del sector a protagonizar este tipo de operaciones?
Es un buen objetivo, pero no lo veo realizable de forma inmediata. Creo que debemos trabajar en fomentar la entrada de capital riesgo en empresas y nuevas inversiones.
¿Qué puntos fuertes puede hacer valer el sector gallego para competir con marcas ultra 'low cost' como Shein, Temu o Aliexpress?
Es muy difícil competir solo con el factor precio. Tenemos que generar una marca Galicia y trasladar al consumidor ese grado de calidad para que sienta que vale la pena pagar el precio que corresponde. Él también es responsable de alguna manera, y cuando ve prendas muy baratas debería preguntarse el porqué y pagar un poco más por un buen tejido, un buen corte. Tenemos que convencerlo de que esa diferencia vale la pena, ofrecer un buen producto y acompañarlo de marcas que llamen la atención, esa sería la fórmula mágica.
El consumidor debe preguntarse el porqué cuando ve una prenda muy barata. Pagar más por la calidad vale la pena
Cuando usted dice que le gustaría que el sector vuelva a ser lo que era, ¿a qué se refiere exactamente?
A que haya un palpitar en el sector en Galicia similar al que hubo en otros momentos, con muchos diseñadores, aquel concepto de producto gallego, que era diferencial, y emprendimiento. En este momento la industria gallega es mucho más grande porque hay empresas más grandes, pero hay menos. Me gustaría que hubiera más, que se recuperara el mundo de los talleres de fabricación cercana y que haya una sensación de que el sector se está reforzando, que vuelva a ser aquello de Galicia moda, con muchas empresas representativas que iban por España y por el mundo adelante.
¿Resultará muy difícil para el sector adaptarse a la crecientes exigencias en materia de sostenibilidad?
Sí, porque hay muchas normas, que todavía no están definidas al 100%. Es un problema adicional que tenemos que encarar de aquí a 2030. A veces en Europa pecamos de ser más papistas que el Papa. En un sector tan globalizado, el hecho de que en una parte del mundo haya unas normativas y en otra parte otras completamente diferentes hace que no se pueda competir con las mismas armas. Vamos demasiado rápido. Las empresas son conscientes de que tienen que colaborar y ya están trabajando en incorporar tejidos más sostenibles y en el reciclaje. Las grandes llevan ventaja.
La sostenibilidad es un problema más que tenemos que encarar de aquí a 2030. A veces Europa es más papista que el Papa
El refuerzo de la formación es otro de los retos en la hoja de ruta de Cointega para los próximos años. ¿Qué perfiles se necesitan?
De todo tipo, desde patronistas, diseñadores, directivos, perfiles con capacidades tecnológicas y talento digital... Me decía el otro día un profesor del grado en Gestión Industrial de la Moda que se imparte en Ferrol que muchos alumnos se iban fuera de Galicia. Debemos buscar que se queden aquí y que vengan otros a aprender.
Si tuviera que elegir entre moda y política, ¿con qué se quedaría?
Con la moda, sin duda. Tienen algo parecido, en el sentido de que requieren interpretar las demandas de la gente. No es que no me guste la política, en la que empecé antes, con solo 17 años en Nuevas Generaciones, pero si tengo que escoger me quedo con la moda.