Los hoteles gallegos facturaron una media de 76,85 euros por habitación ocupada el mes pasado, un 3,7% más que en el mismo periodo de 2022. Fue el valor más elevado para un mes de julio desde que arrancan los registros en 2008.
Con el inicio de la campaña vacacional, los establecimientos subieron sus precios por quinto mes consecutivo con una actualización del 8,6% de media con respecto a junio. Con todo, la encuesta de coyuntura turística del Instituto Nacional de Estadística refleja que Galicia se posiciona como el quinto destino más competitivo en términos de precios en España, donde, de media, una noche en una habitación costó 128,8 euros el mes pasado, un 6,3% más.
Las tarifas de Castilla-La Mancha y Extremadura son las más económicas, con 61,32 y 67,5 euros de promedio, en cada caso. Bajando más al detalle, Estepona, en plena Costa del Sol, es la zona de España donde la facturación media por habitación es más elevada al ascender a 298 euros tras encarecerse nada menos que un 28% en un año. Pernoctar en un hotel en este municipio malagueño cuesta casi seis veces más que hacer lo mismo en Ciudad Real, el destino más económico (50,38 euros).
El estudio, que con una frecuencia mensual toma el pulso a un total de 11.200 establecimientos en verano en España, sitúa O Grove entre las 50 localidades con precios más altos del país —concretamente, en el puesto 39— al encarecerse un 5,7% en junio, hasta marcar 108,47 euros.
De las 105 zonas turísticas objeto de análisis, Lugo (53,97 euros) es la tercera con las tarifas más asequibles a muy poca distancia de Ciudad Real (50,38) y Palencia (52,32).
Con estos precios, ¿cómo se ha comportado el turismo? El estudio refleja que los establecimientos hoteleros recibieron en julio más de 12,6 millones de viajeros, una cifra histórica alcanzada gracias al incremento del 3% registrado en el último año pese a la inflación.
En cambio, Galicia se desmarcó de esta tendencia. La comunidad tuvo menos gancho, pues los 595.074 clientes computados fueron un 3,9% menos que en julio de 2022. La comunidad sigue teniendo entre sus tareas pendientes captar más visitantes extranjeros, pues el mes pasado fueron menos del 26% de los turistas que hicieron noche en un hotel gallego, una tasa que choca con la radiografía estatal, donde la presencia de foráneos fue mayoritaria (52%).
En los últimos 20 años, Galicia ha ganado algo de atractivo, pues en el verano de 2003 los visitantes extranjeros eran poco más del 17%. La menor afluencia de viajeros se tradujo en una reducción de las pernoctaciones del 1,7%, con 1,29 millones de noches de hotel en Galicia. En cambio, en el conjunto del país los hoteles ataron 43,15 millones de reservas, un 2,5% más.
Otra de las tareas pendientes es aumentar la duración de las estancias, de 2,17 días de media en la comunidad, frente a los 3,41 del Estado, las seis jornadas de Canarias y las cinco de Baleares. Con 76.250 plazas de alojamiento y un grado de ocupación del 53,8% —inferior al dato estatal, del 70,22%—, en julio 1.861 hoteles estuvieron operativos y sostuvieron 8.982 empleos, un 4% más en un año.
