Regalar sin riesgos en Galicia: cuánto dinero puedes dar a un familiar sin declarar a Hacienda

Las entidades bancarias ya miran movimientos que van desde los 3.000 a los 6.000 euros, la notificación formal suele activarse a los 10.000 euros
Unas manos manejan un fajo de billetes de 50 euros. FREEPICK
Unas manos manejan un fajo de billetes de 50 euros. FREEPICK

Dar dinero a un familiar es un gesto tan habitual como íntimo: un empujón para la matriculación de un nieto, la ayuda para la entrada de una casa en Vigo o ese Bizum rápido para pagar la compra del pan. Pero detrás de la naturalidad de esos envíos hay un entramado legal y operativo que conviene conocer, porque no todas las trasferencias son iguales ante Hacienda ni ante el banco.

En la práctica, la Agencia Tributaria no considera que exista una cantidad 'libre' universal: cualquier entrega de dinero puede constituir una donación y, si se considera así, está sujeta al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, gestionado por las comunidades autónomas; además, las entidades financieras vigilan movimientos por obligación legal para prevenir el blanqueo de capitales. 

  1. El número redondo que enciende las alarmas
  2. ¿Qué ocurre cuando la transferencia supera los umbrales?
  3. Sanciones y riesgos de no declarar

El número redondo que enciende las alarmas

Aunque en la calle se habla mucho del número redondo de 10.000 euros como el umbral que enciende las alarmas, la realidad es matizada: las notificaciones formales por parte de las entidades hacia la Administración se concentran en operaciones de 10.000 euros o más, pero los bancos y los sistemas automatizados de control ya analizan con lupa movimientos a partir de importes mucho más bajos y patrones repetitivos.

Hay reportes y análisis que sitúan en torno a 6.000 euros un nivel a partir del cual las operaciones pueden ser objeto de mayor escrutinio, y en determinados escenarios –por ejemplo ingresos repetidos en efectivo o uso de billetes de alta denominación– la alerta puede producirse con importes cercanos a 3.000 euros. Por eso, lo que hoy puede parecer una 'ayuda puntual' puede acabar exigiendo explicaciones sobre el origen y la finalidad de los fondos.

¿Qué ocurre cuando la transferencia supera los umbrales?

Si la transferencia se considera donación, el receptor deberá tributar por el Impuesto de Donaciones según las reglas de su comunidad autónoma: el formulario y el plazo son concretos (el modelo 651 –cuando procede– se presenta en 30 días hábiles desde que se realiza el acto) y las bonificaciones o tipos pueden cambiar mucho de una región a otra, de modo que la carga fiscal real no depende solo del importe sino del lugar de residencia y del parentesco con el donante.

En la práctica, comunidades como Galicia aplican deducciones y bonificaciones que, en la mayoría de las donaciones entre padres e hijos o entre cónyuges, reducen notablemente la factura fiscal, pero eso no exime de la obligación de declarar cuando la operación cumple los requisitos formales. Guardar contratos, justificantes y dejar por escrito la naturaleza del envío (préstamo con devolución, donación o adelanto de herencia) es una salvaguarda que evita interpretaciones peligrosas y sanciones.

En el universo de los pagos instantáneos, Bizum es la herramienta del día a día y tiene límites operativos que conviene respetar: el importe máximo por operación suele ser de 1.000 euros, con un techo diario de 2.000 euros y un límite mensual aproximado de 5.000 euros por emisor, cifras que dificultan usar la app para mover cantidades elevadas de forma continuada sin levantar sospechas administrativas o sin que el propio banco no solicite aclaraciones.

Por eso, si piensas enviar 10.000 euros 'en Bizums' repartidos en varios envíos, recuerda que los bancos cruzan información y que la suma de pequeñas operaciones puede interpretarse como una única operación con objetivo de eludir controles. Mantener la trazabilidad (documentación, motivo del envío, y, si procede, contrato de préstamo) es la recomendación práctica para quien vive en cualquier provincia, desde A Coruña hasta Ourense. 

Sanciones y riesgos de no declarar

No declarar una donación cuando corresponde puede tener consecuencias económicas importantes: Hacienda contempla desde sanciones pecuniarias  –multas que parten de importes fijos y pueden alcanzar un porcentaje sustancial del valor de la donación– hasta recargos y exigencias de pago de la deuda tributaria.

Además, ante la sospecha de conductas vinculadas al blanqueo de capitales, la investigación puede incluir la petición por parte del banco de justificantes de ingreso, contratos o declaraciones de renta. Por eso, más allá del coste fiscal teórico, la incomodidad administrativa y el riesgo de sanción hacen recomendable no improvisar: si la operación supera lo habitual, pide asesoramiento y documenta todo. 

Para que no queden dudas prácticas: si vas a regalar o adelantar una suma relevante a un hermano, un hijo o un amigo, y esa cantidad se aproxima o supera los 6.000–10.000 euros, lo sensato es firmar un documento que recoja las condiciones (donación pura, préstamo con pago, reparto de un premio de lotería, etc.), presentar la autoliquidación correspondiente cuando la normativa lo exige y, si procede, beneficiarte de las reducciones autonómicas.

En el caso de premios de lotería, por ejemplo, la costumbre de cobrar el premio entero y luego repartirlo puede transformarse en una cadena de donaciones sujeta a tributación si no se prueba previamente la participación de cada persona.

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