El registro de corrales para autoconsumo avanza en Galicia, con más de 35.100 inscritos

La provincia de A Coruña copa prácticamente la mitad de los gallineros dados de alta como consecuencia del decreto estatal que obliga a contar con un número de explotación y que impone límites al número de aves que se pueden criar
Gallinas.Pixabay
photo_camera Unas gallinas. Pixabay

La burocracia que asfixia al agro y que ha abocado al sector a llevar sus tractores hasta las capitales para visibilizar su hartazgo no solo afecta a las cooperativas y negocios familiares. Sus efectos llegan hasta aquellos que producen para autoconsumo, esto es, sin fines comerciales. Como consecuencia de la aplicación del decreto de julio de 2021 con el que el Gobierno central estableció las normas básicas de ordenación de las granjas avícolas, hoy son más de 35.100 los gallineros en los que las familias gallegas crían aves y recogen huevos para alimentarse los que están registrados. Darlos de alta es obligatorio, pues no hacerlo puede acarrear sanciones.

El 47% está en la provincia de A Coruña, donde 16.634 ya tienen número de explotación. En segundo lugar está Ourense, con 8.978; seguida de Pontevedra, con 5.688, y Lugo, con 3.809. Y son solo una parte de los gallineros que poblan nuestras aldeas. No se puede obviar el hecho de que la imposición de nuevos trámites es un desincentivo en un rural que lucha contra el abandono y en el que muchos de los propietarios de los ‘poleiros’ son personas mayores.

¿Cómo hay que proceder?

La Consellería do Medio Rural —que se opuso al registro obligatorio de corrales para autoconsumo y en su día presentó unas 40 alegaciones contra la norma estatal— explica que el titular puede obtener el número de explotación por dos vías. Una es acudir con el NIF o el DNI a la oficina rural de su zona, donde los servicios veterinarios de la Xunta "tramitarán a alta" del gallinero, asignándole un número individual que lo identificará "de maneira única". Para los que tengan acceso a un ordenador y dispongan de internet, el código Rega también se puede obtener en la sede electrónica de la Xunta. Además de los datos personales, en la solicitud de alta hay que especificar el número de gallinas, pollos, patos, pavos, ocas, palomas, pintadas, perdices, faisanes y codornices. Y a mayores de indicar el emplazamiento del ‘capoeiro’, es necesario detallar si el sistema de cría es en cerrado —esto es, si las aves están siempre a cubierto—, si es en abierto —siempre al aire libre— o mixto.

¿Cuántos ejemplares se pueden tener?

El decreto especifica que las explotaciones de autoconsumo pueden criar, como máximo, 0,15 unidades de ganado mayor (UGM) de aves de corral y ofrece una tabla con equivalencias, aunque toca tirar de regla de tres para aclararse. Partiendo de que 1 UGM se corresponde con 200 gallinas ponedoras, 0,15 UGM supone un tope de 30 animales. En el caso de los pollos de engorde, un UGM son 333 aves, de manera que 0,15 UGM sitúan la barrera en 50 aves. Por poner algún ejemplo más, aquel que tenga pavos para cebar y consumir en casa no podrá superar los 30. Y si alguien piensa en hacerse con una avestruz para comer sus huevos o carne, debe pensárselo. Las denominadas ‘ratites’, esto es, aves no voladoras, no se permiten bajo el epígrafe del autoconsumo. Las explotaciones que las tengan serán consideradas ‘reducidas’, con otro nivel de exigencias en términos d e limpieza y desinfección periódica, gestión de residuos, uso óptimo de la energía o de minimización de olores y ruidos.

Como detalla Medio Rural, se pueden combinar especies siempre "coa condición de que a suma dos valores expresados en UGM dos animais mantidos non supere o 0,15 máximo admisible".

¿A qué otros límites hay que atenerse?

El corral debe respetar unas condiciones mínimas en materia de higiene y bienestar animal. El texto también obliga a "identificar" a un veterinario de referencia al que recurrir si aparece un problema sanitario.

El departamento que dirige José González incide en que la exigencia del registro impuesta desde Madrid supone "unha carga burocrática deseñada sen ter en conta as particularidades de cada comunidade e implementada de costas á realidade do territorio". En sus alegaciones, la consellería defendió que las explotaciones avícolas de autoconsumo quedasen "fóra" de la norma atendiendo, entre otros factores, "ao inxente volume" de gallineros que hay en Galicia. La Xunta considera que los requisitos exigibles deberían limitarse a mantener "unhas condicións mínimas hixiénico-sanitarias e de benestar" para las aves y permitir los controles oficiales. Pero estos argumentos cayeron en saco roto y toca cumplir la norma.

¿A qué me expongo si no doy de alta mi gallinero?

Todos los gallineros para consumo doméstico deben tener su código de explotación Rega. El decreto estatal que fija las normas básicas de ordenación de las granjas avícolas establece que su incumplimiento acarreará sanciones en base a la ley 8/2003 de sanidad animal. Esta norma contempla un régimen de multas que arranca en 600 euros en los casos leves, aunque es cierto que prevé que se gradúe ‘el palo’ en función de variables como las características de la producción, el número de animales o el incumplimiento de advertencias previas.

Sin el Rega no puedes comprar una gallina

Para adquirir un ave en una tienda es obligatorio presentar el código de explotación o, en su defecto, una copia de la solicitud de registro si todavía no nos han otorgado la identificación. Luego, tocará comunicar el Rega al comerciante.

144.900: Es el número de hogares que hay en los concellos de hasta 5.000 habitantes, predominantemente rurales. Rara es la casa que no tiene gallinero, lo que invita a pensar que todavía quedan muchos ‘poleiros’ sin dar de alta.

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