La vivienda nueva acumula un subidón del 22% desde el mínimo de la crisis de 2008 en Galicia
Que el precio de la vivienda ha subido con fuerza en los últimos años y sigue instalado en una espiral alcista en una realidad incuestionable que los ciudadanos están experimentando en primera persona, pero cada vez son más los estudios que le ponen cifras.
Un análisis de la sociedad de tasación Tinsa calcula cuánto se ha encarecido la vivienda de obra nueva con respecto a los mínimos de la crisis que detonó en 2008 y a cuánto está de alcanzar los máximos de los tiempos del boom inmobiliario. En Galicia, los pisos a estrenar se han revalorizado un 22,5% desde los niveles más bajos que se alcanzaron tras estallar la burbuja.
El cálculo se realiza descontando el efecto de la inflación. En ese caso, los precios de la obra nueva se mantienen un 20% por debajo de los máximos de la burbuja inmobiliaria. Si no se tuviera en cuenta el encarecimiento del coste de la vida en este tiempo y se tomase sin más la evolución del precio de los inmuebles residenciales, a día de hoy ya rebasaría en un 11% el nivel más alto de la época del boom en Galicia.
La segunda mano, más asequible
Los expertos recomiendan que la cuota no supere el 35% de los ingresos mensuales. Aunque los salarios hayan subido, también lo han hecho los precios de otros capítulos de gasto como la alimentación o la energía, condicionando el poder adquisitivo.
Con el encarecimiento de la vivienda en un escenario de desajuste entre la oferta y la demanda, el acceso a la obra nueva se ha ceñido más a perfiles con mayor capacidad de compra, como rentas altas, extranjeros o "entidades jurídicas con pulmón financiero superior al del comprador individual", señalan desde Tinsa. Por eso, la vivienda de segunda mano es la opción para muchos, pues en Galicia es un 41% más económica que la nueva.
El augurio de una "oleada de desahucios"
Con todo, la subida de precios es generalizada y no se vislumbra un cambio de tendencia. Tinsa prevé nuevos aumentos este año, aunque cree que si los salarios no acompañan esa evolución y se modera la demanda, el encarecimiento podría perder intensidad.
El economista Santiago Niño Becerra advierte que, si al panorama actual de la vivienda se sumase una caída de la economía, un aumento del desempleo y "un rosario de quiebras", desencadenaría una "oleada de desahucios" que despertarían el fantasma de una crisis como la de 2008, que él vaticinó en su momento .
