Varios dirigentes del PP coinciden en que es muy probable que tanto Soraya Sáenz de Santamaría como María Dolores de Cospedal concurrirán en la carrera interna por el liderazgo del partido para relevar a Mariano Rajoy, sobre todo después de que Alberto Núñez-Feijóo haya renunciado a hacerlo.
La decisión del presidente de la Xunta de quedarse en Galicia y no dar el salto a la política nacional ha provocado sorpresa entre los 'populares', muchos de los cuales, sobre todo otros 'barones' y dirigentes del partido, confiaban en Feijóo como el candidato que más consenso podía despertar.
Ahora, reconocen que todas las posibilidades están abiertas, y creen que la exvicepresidenta del Gobierno y la secretaria general van a dar el paso que ya ha dado el vicesecretario de Comunicación, como han apuntado algunos dirigentes consultados esta noche por Efe.
María Dolores de Cospedal tiene mañana el escenario adecuado para hacerlo, ya que preside la junta directiva regional del partido en Castilla-La Mancha.
Sáenz de Santamaría es en este momento diputada rasa y no ha dado pistas sobre sus intenciones, aunque muchos dirigentes que la apoyan esperan que mañana o pasado anuncie su candidatura.
Unos y otros temen, no obstante, que este proceso se recrudezca y divida mucho el partido, dado que de todos es conocido, apuntan, que no hay una buena relación entre Santamaría y Cospedal. Alguno augura incluso una verdadera "guerra" interna de aquí al 21 de julio.
Otros ven en el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, como esa "tercera vía" que pueden querer los militantes para contrarrestar la polarización, aunque advierten que puede tener en su contra una menor experiencia que las eventuales candidatas.
La posibilidad de que Feijóo optase por quedarse en Galicia estaba ahí y ya había sido advertida por varios dirigentes. Finalmente ha pasado, y muchos no esconden su preocupación.
Son en cualquier caso, los mismos que apostaban por una candidatura única, que querían que encabezase Feijóo integrando todas las sensibilidades.
También hay, por el contrario, quienes insisten en que es bueno que haya una carrera abierta en el partido y recalcan la necesidad de dejar a un lado el miedo a la novedad que supone elegir de esta forma al líder nacional.
