
Las arcas públicas están dejando de ingresar cada mes, solo en la comunidad gallega, unos 200.000 euros o, lo que es lo mismo, más de 2 millones de euros al año, por el supuesto fraude fiscal derivado de la "venta irregular de mascotas". Ese es al menos el cálculo que hace la asociación animalista Libera!, que denunció la proliferación de esta práctica, alertando de que no solo tiene consecuencias ambientales, sanitarias o sociales sino también económicas y fiscales.
El colectivo, que en Galicia dirige Rubén Pérez, estima que mensualmente se intercambian de modo lucrativo "entre 700 y 800 animales", la mayoría perros de caza, felinos y otras especies de pequeño tamaño. Y todo ello sin abonar los correspondientes impuestos por ello y "sin controles higiénico-sanitarios" sobre los animales de las transaciones.
Aunque todavía se ven carteles ofreciendo mascotas en farolas, tablones de anuncios o puertas del paisaje urbano gallego, es internet quien está detrás del aumento y de la dificultad de controlar el intercambio irregular de animales. De hecho, Libera señala a varias páginas web y redes sociales como Facebook que, a pesar de que tomó la decisión de vetar la compraventa de animales, sigue permitiéndola. "Los anuncios proliferan por decenas desde Galicia y muchos de ellos no son eliminados", advierten los animalistas.
Ante esta situación, el colectivo que dirige Rubén Pérez propone a la Xunta que sancione a las plataformas que consienten estas "ofertas ilegales" con la máxima multa posible, de 5.000 euros, y que solicite al Gobierno central "el posible bloqueo cautelar por la reiteración en infracciones, sin olvidar la actuación desobediente de las compañías".
La asociación advierte, además, de que "la compra irresponsable de animales, la que fomentaba la exhibición de los mismos en escaparates, prohibida en la ley de bienestar animal, llegó ahora a las redes sociales y a las webs".