Extender la educación obligatoria hasta los 18, la receta de los expertos contra el abandono
En una era en la que la democratización de la inteligencia artificial y la tecnología ha alentado la competencia con los trabajadores, de tal manera que máquinas y algoritmos van ganando terreno en labores repetitivas y en las que requieren el procesamiento de datos, la formación cobra cada vez más importancia. De ahí que reducir el abandono educativo temprano debería ser un objetivo central para las administraciones.
"Es una política relevante. No solamente en el plano individual de rescatar a chicos de ese infierno que pasa por el paro, la precariedad laboral e incluso por la delincuencia", reflexiona el que fuera presidente del Consejo Escolar del Estado, consejero de educación en la OCDE y la Unesco, y director general de Centros Educativos del ministerio, Francisco López Rupérez. Los efectos de esta "lacra", advierte, van más allá de la esfera individual pues también horadan los cimientos de la economía, que depende del capital humano.
De visita a Santiago para apoyar la presentación de EdugalIA, el proyecto pionero de la Xunta para crear una plataforma de datos que mediante un sistema de alerta temprana permita anticipar el riesgo de abandono de los estudios, el también director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilio José Cela reflexiona sobre las raíces de este fenómeno, y augura que si EdugalIA tiene éxito el modelo podría extenderse por España. "Es un proyecto verdaderamente extraordinario".
Las tres caras del fracaso escolar
Desde 2002, la tasa de abandono escolar temprano, entendida como la proporción de los jóvenes de 18 a 24 años que como mucho han obtenido el título de la Eso y que no siguen formándose, se ha reducido un 58% en España, al pasar del 30,9% a 13 puntos. En el caso de Galicia, el recorte fue superior, del 60%, pues el indicador se redujo del 27,3% al 10,8% en 2024.
En un contexto de mejora a nivel europeo, López Rupérez advierte que solo Rumanía está en peor posición, con 16,8%.
El catedrático percibe tres causas principales. De un lado, el sexo, pues la realidad de las aulas refrenda que los más tendentes a arrojar la toalla son los chicos.
Otro factor es el nivel socioeconómico, que deriva, por ejemplo, en el hecho de que mientras la tasa de abandono entre el alumnado español se sitúa en el 10,4% en el Estado, asciende al 29,6% entre los de nacionalidad extranjera. "La inmigración no es de ingenieros. Son personas que vienen para tratar de mejorar su vida y que, por lo general tienen un bajo nivel educativo", constata López.
La tercera causa es el coste de oportunidad, que viene a ser lo que un alumno y su familia dejan de ingresar por el hecho de seguir estudiando. "Si resulta que un chico vive en una zona donde el empleo pasa necesariamente por la formación, esta variable será más baja, porque sabe que sin una titulación irá directamente al paro". Este factor explica, en parte, que la ratio de abandono sea mayor en el Mediterráneo, con Baleares a la cabeza (20,1%). Con una economía muy focalizada en servicios de bajo valor añadido, el turismo y la hostelería y con relativa facilidad para acceder al empleo sumergido en tareas en las que basta con un bajo nivel de cualificación, "el coste de oportunidad es mayor".
El experto tampoco pierde de vista "los valores" trasladados de padres a hijos para inculcar que "la educación es un instrumento de promoción y movilidad social". "No todas las comunidades tienen ese patrimonio cultural", señala López, que apunta a los territorios "tradicionalmente más pobres".
El ejemplo de Portugal
Ante unos condicionantes que no se pueden cambiar, López señala que corresponde a las políticas educativas "atenuar el impacto" de las variables de sexo y socioeconómicas en el rendimiento académico. Ahí es donde entra el ejemplo de Portugal, que en 2009 aprobó ampliar la educación obligatoria a los 18 años.
Hoy, como señalan los profesores de Economía Aplicada Jorge Sainz e Ismael Sanz en un estudio publicado por Funcas, esta podría ser "una estrategia clave para aumentar el capital humano" de España, mejorar la productividad y los ingresos laborales. Bélgica, Finlandia, Rumanía, Francia y algunos länder alemanes también han extendido la permanencia en el sistema hasta la mayoría de edad e incluso hasta los 19.
Con López Rupérez en la presidencia, el Consejo Escolar del Estado —que asesora al Gobierno y que aúna a profesorado, alumnado, familias, sindicatos, patronales, universidades y expertos entre otros agentes— lo reivindicó por primera vez en 2015 y en su último informe anual, el de 2024, volvió a llamar a la reflexión. ¿Por qué ningún ministro de Educación ha dado el paso? López lo tiene claro: "Por pereza política y porque los decisores no toman en cuenta el conocimiento disponible para inspirar sus políticas".
Ampliar la etapa obligatoria costaría 1.500 millones en 3 años
Siguiendo los cálculos de Funcas, el expresidente del Consejo Escolar del Estado señala que extender la educación obligatoria de los 16 a los 18 años costaría "unos 1.500 millones en tres años". La reforma pivotaría sobre el refuerzo de la FP dual y exigiría "flexibilizar el sistema" a partir de los 15 años, siguiendo a otros países europeos.
El experto, que sitúa entre "los aciertos" de la Xunta impulsar la FP Básica contra el abandono, augura un gran potencial de la plataforma EdugalIA para transformar la educación. "La Xunta ha cogido el toro por los cuernos. Si el proyecto se lleva a cabo con éxito, se replicará".
