El joven gallego especialista en rockfishing que arrasa en Instagram gracias a su pasión por la pesca
Carlos Grille tenía solo unos años cuando un día, paseando por el puerto, un anciano le hizo señas para que se acercara. Le puso una caña en las manos y le dejó sacar un pez. "Desde ese día, no dudé en pedirle a mi madre mi primera caña", recuerda con cariño este vecino de Muxía. Así nació una pasión que con los años se transformaría en mucho más que un simple hobby.
Hoy, con 18 años, Carlos se ha convertido en una referencia de la pesca deportiva en Galicia gracias a su cuenta de Instagram @fishinggalicia, donde comparte contenido sobre su modalidad favorita: la pesca con señuelos artificiales. "Recuerdo el primer día que saqué una lubina con señuelo artificial, fue una revolución para mí", rememora con entusiasmo. Ya se sabe, las primeras veces, no suelen olvidarse.
Tuvo que lidiar con odio en redes sociales durante su progreso
El camino hasta consolidarse en Instagram no ha sido sencillo. Tuvo que empezar desde cero, con pocos medios y apenas formación. "Fueron cuatro años estudiando las redes, subiendo contenido y aprendiendo sobre edición y grabación", explica.
Además, tuvo que enfrentarse a los altibajos y las críticas, algo (que parece) inevitable cuando la exposición pública aumenta. "Lo más duro fue lidiar con el 'hate'. Al principio afecta, pero con el tiempo aprendes que, si te critican, es porque lo que haces está llegando lejos", reflexiona.
Gracias a su constancia, ha logrado conectar con una comunidad de apasionados por la pesca y ha inspirado a muchos a iniciarse en esta disciplina. "Cada vez más jóvenes se están interesando, ya sea porque tienen algún familiar pescador o porque lo ven en redes sociales y les apetece probar", destaca Carlos, que solo en Instagram cuenta con más de 31.000 seguidores.
El rockfishing, la verdadera especialidad de Carlos
Carlos se especializa en el rockfishing, una técnica de origen japonés que se basa en la pesca en roca con señuelos pequeños. "Lo que más me gusta es la variedad de especies que se pueden pescar y la cantidad de peces que se pueden capturar", explica. Para él, la pesca con señuelos artificiales es una forma de hacer el deporte mucho más dinámico y emocionante. Recuerda que se decantó por este estilo porque el cebo natural le resultaba "desagradable".
Una de sus hazañas más memorables fue la captura de una lubina de 4,6 kilos en un día de fuerte oleaje. "Cuando noté la picada y vi la caña doblarse, sentí una adrenalina increíble. La lucha fue intensa porque el pez se aprovechaba de las corrientes y el oleaje", relata. Al final, tuvo que meterse en el agua para asegurarse de no perder la captura. "Cuanto más cuesta algo, más valor le damos", dice con orgullo y, seguramente, con razón.
Pero, ¡ojo! Pescar en zonas de fuerte oleaje implica riesgos, y Carlos lo sabe bien. "Siempre hay que estudiar el período del oleaje, esperar unos minutos antes de posicionarse y visualizar la vía de escape en caso de que venga una ola", advierte. Para él, lo más importante es entender los límites: "Ningún pez vale nuestra vida".
Su filosofía es el 'capturar y soltar' para preservar los recursos
Uno de los mensajes que Carlos transmite con más fuerza en sus redes es la importancia de la captura y suelta para preservar los recursos marinos. "Cada pez que devolvemos al agua tiene la oportunidad de reproducirse y asegurar futuras generaciones", señala. Además, insiste en que es aún más crucial durante el invierno y la primavera, cuando muchas especies están en época de reproducción.
Sin embargo, es consciente de que no todos los pescadores comparten esta visión. "Hay quienes practican la captura y suelta y quienes prefieren llevarse el pescado a casa. Yo muestro lo que creo que es mejor, pero siempre desde el respeto", afirma.
La llegada de las redes sociales lo ha cambiado todo
La llegada de las redes sociales ha cambiado la forma en que la gente se acerca a la pesca deportiva. "Ahora podemos aprender de otros pescadores, compartir conocimientos y concienciar sobre la conservación", dice. Sus publicaciones con más impacto son los reels en los que muestra la picada, la lucha y la suelta del pez. "A la gente le encanta ver la acción en directo".
Su éxito en redes no ha pasado desapercibido para las marcas, y algunas empresas ya le han contactado para colaborar probando señuelos que aún no están en el mercado. "Es un honor que confíen en mí para testar sus productos", dice con humildad.
Estos consejos son vitales para los principiantes
Para quienes quieran iniciarse en la pesca con señuelos artificiales, Carlos recomienda un equipo ligero: "Una caña de acción 1-10g o 1-15g, un carrete tamaño 2500, hilo trenzado de 0.19 y monofilamento de 0.16 es suficiente para disfrutar la experiencia".
Uno de los errores más comunes de los principiantes es no observar patrones. "La pesca no es matemática. No siempre que un señuelo funcione en un sitio lo hará en otro. Hay que experimentar y probar cosas nuevas", aconseja. Cambiar de señuelo, de zona o incluso esperar a diferentes condiciones climáticas puede marcar la diferencia entre una jornada sin capturas y una llena de emoción.
La pesca es mucho más que una afición para Carlos
Para Carlos Grille, la pesca no es solo un pasatiempo, sino una conexión con la naturaleza, un reto constante y una forma de compartir conocimiento con una comunidad en crecimiento. Con su dedicación, ha logrado convertir su pasión en una referencia para muchos jóvenes pescadores. Y, mientras siga lanzando su caña al mar, seguirá sumando historias que inspiren a otros a adentrarse en este mundillo.

