Revolución verde: una firma gallega convierte algas de arribazón en fertilizante que revive viñedos
La pionera Orixe Salgada, fundada por la portense Elena Fontán, está transformando la agricultura y el sector vitivinícola con su innovador bioestimulante Green Boost UL. Ya colaboran con una de las bodegas más importantes de España y planean su exportación a Brasil e Italia.
Cada verano y cada otoño desembarcan en las playas gallegas miles y miles de kilos de vegetación marina arrastradas por las corrientes cálidas o el viento. Es lo que se conoce como algas de arribazón. A pesar de que forman parte del ecosistema, su presencia genera problemas tanto para municipios como para mariscadores por igual. Los primeros las retiran para dar sensación de limpieza a los usuarios de las playas y los segundos porque pueden provocar anoxia -falta de oxígeno- a almejas, berberechos y otras especies.
Precisamente fue conversando con los trabajadores del mar que a Elena Fontán (Portas, 1991) se le ocurrió un plan para aprovechar los residuos que generaban estas especies. Sucedió hace algo más de dos años. Por aquel entonces, trabajaba en la cooperativa Mareira Bizi -entidad que ofrecía servicios de consultoría, divulgación y desarrollo de proyectos sostenibles al sector pesquero- y colaboraba mano a mano con las cofradías. “Comentáronnos se podiamos facer algo coas algas, porque non tiñan onde tiralas e é un residuo caro de xestionar”, comenta Elena.
Oceanógrafa de profesión y amante de los ecosistemas marinos, la idea comenzó a gestarse en su cabeza pero no fue hasta que se presentó al programa O Noso Reto Solidario (promovido por la asociación Amicos y las fundaciones Botín y Roberto Rivas) que pudo materializarla. Era el año 2023. Allí conoció a varias personas que le ayudaron a asentar “as bases da iniciativa” para, posteriormente, poder fundar la empresa Orixe Salgada.
Un proyecto pionero que trabaja con importantes bodegas
Esta biorrefinería de algas, así la define la propia Fontán, tiene su sede fiscal en Boiro, su sede social en Cambados y da trabajo a cuatro personas. Su principal objetivo es, en palabras de su fundadora, “aproveitar todos os principios activos das algas e trasladalos aos diferentes sectores”. Se trata de un proyecto pionero en Galicia. “Non existe outra empresa que recolla as algas de arribazón e as transforme en fresco noutros productos”, asegura. La clave reside en su “proceso de micronizado”, es decir, picar estas plantas para que “as paredes das células que conteñen os principios activos se rompan e se liberen os seus compostos bioactivos”.
A día de hoy, ya han sacado al mercado su primer producto hecho con arribazón. Se llama Green Boost UL y se emplea en actividades relacionadas con la agricultura. Tal y como explica Elena, “contén más fibras solubles e insolubles” que otros productos hechos a base de algas verdes, aporta “clorofila” al campo y ayuda a “rexenerar os ecosistemas que están degradados”. De momento solo lo venden en España pero también están intentando exportarlo a países como Brasil o Italia. A nivel nacional, tiene gran demanda en los viñedos de las Rías Baixas y La Rioja. “Os nosos clientes son bodegas que, por normativa, están intentando empregar menos produtos fitosanitarios”. Les va muy bien. Aunque no puedan desvelar nombres, trabajan con una de las bodegas más importantes del país.
De fertilizante a productos para la piel
La propuesta que hace Orixe Salgada es única y los inversores lo saben. El proyecto fue galardonado con el Premio ao Desenvolvemento Rural que otorga Agader y también estuvo presente en los BioInvestor Days -un evento donde las mejores startups biotecnolócias de Galicia se reúnen con inversores en busca de fondos-. Asimismo, Elena Fontán fue seleccionada como participante de Impulso Agro, unas jornadas de agroalimentarias organizadas por el Basque Culinary Center. Contar con estos reconocimientos es fundamental para que la empresa pueda prosperar. “Para fabricar necesitamos equipamentos e instalacións e iso custa moitos cartos” -explica la oceanógrafa- “estas axudas son un empuxón porque doutra forma sería imposible arrancar”.
Además del dinero, Fontán tiene muy claro que su principal reto es “conseguir facer outros produtos con diferentes especies de algas” para poder ampliar el mercado. Por eso mismo, ya están trabajando con el Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña en el desarrollo de productos farmacéuticos orientados al uso en personas. En sus análisis han descubierto que las algas de arribazón “teñen unha gran capacidade para rexenerar a microbiota intestinal” así como “propiedades antioxidantes” que podrían ser útiles en “tratamentos antiidade para a pel”.
Puede que aún quede tiempo para ver los resultados de esto último, pero lo que está claro es que Elena Fontán y Orixe Salgada demuestran cómo los problemas pueden convertirse en oportunidades. Green Boost Ul no es solo un producto: es la prueba de que incluso lo que parecía un residuo puede alimentar la tierra, regenerar ecosistemas y abrir camino a un futuro más sostenible.