Sogama aplica la metodología 5S en su planta de envases para mejorar la eficiencia y la seguridad

Esta metodología originaria de Japón posibilita la configuración de un espacio de trabajo más organizado, seguro y limpio, en el que se consumen menos recursos. La sociedad ambiental dio información a su personal sobre la materia.
Paquetes de envases plásticos ya seleccionados en la planta de Cerceda y preparados para remitir al centro reciclador. EP
photo_camera Paquetes de envases plásticos ya seleccionados en la planta de Cerceda y preparados para remitir al centro reciclador. EP

Aunque siempre se vinculará la Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama) a la filosofía de las 3R –reducir, reutilizar y reciclar–, la compañía que gestiona la mayor parte de los residuos en la comunidad acaba de incorporar otra metodología a su proceso, las llamadas 5S, que se aplican en la organización interna y permiten optimizar la eficiencia y productividad al tiempo que se mejora la seguridad laboral.

Dentro de su esfuerzo por mejorar la prestación de un servicio público esencial para la población, como es la gestión sostenible de los residuos municipales, Sogama, de la mano de Prezero, contratista de la planta de clasificación de envases ligeros situada en el complejo medioambiental de Cerceda –donde se separan por tipologías los envases de plástico, latas y briks procedentes del contenedor amarillo–, comenzará a aplicar en los almacenes esa metodología 5S: clasificación (seiri), organización (seiton), limpieza (seiso), estandarización (seiketsu) y disciplina (shitsuke).

Sesion formativa en Sogama sobre la metodología de las 5S. EP
Sesion formativa en Sogama sobre la metodología de las 5S. EP

Este sistema, que tiene su origen en Japón tras la Segunda Guerra Mundial, ya se aplica en empresas de todo el mundo con resultados contrastados y altamente positivos, toda vez que posibilita la configuración de un espacio de trabajo más ordenado, limpio y organizado al minimizar la presencia de obstáculos, herramientas y suministros innecesarios, así como más seguro; al tiempo que propicia un menor consumo de recursos y una menor generación de residuos, contribuyendo de esta forma a la economía circular. Ello redunda en un incremento de la productividad y la eficiencia, y, en consecuencia, en una mayor satisfacción del personal.

Formación

Contendor amarillo. EP
Contendor amarillo. EP

Con el objeto de hacer partícipes de esta nueva forma de gestión a los operarios, Sogama acogió en su sede una sesión informativa en la que explicó con detalle los pormenores del proyecto, que toma la forma de piloto con el fin de disponer de un primer estándar Lean, determinando así la mejor manera de realizar las operaciones y obtener un nivel de calidad homogéneo.

En todo caso, la pretensión es llegar a un sistema de producción como el Lean Green, diseñado precisamente para mejorar la eficiencia operacional y garantizar la sostenibilidad, y disponer de una metodología sencilla y unificada, extrapolable a otras planta y auditable con impacto en la eficiencia y la prevención de riesgos.

Colector amarillo
Una segunda vida para muchas cosas
La planta de clasificación de envases de Sogama en Cerceda, que es la que estrenará la metodología 5S, es la que recibe la denominada bolsa amarilla, es decir, los envases de plástico, latas y briks depositados por los ciudadanos en los contenedores amarillos. Los envases son sometidos a un proceso de clasificación mecánica a través de autómatas, sensores y filtros que propician un alto grado de eficacia.

El plástico ligero es aspirado mediante corrientes de aire, los férricos mediante electroimanes, y el aluminio mediante corrientes de Foucault. El resto de envases plásticos son separados mediante lectores ópticos.

Una vez seleccionados por categorías, se prensan y empaquetan para enviar a los centros recicladores, donde se transforman en materias primas con las que elaborar nuevos productos para ser reincorporados al circuito comercial.

Curiosamente, el contenedor amarillo sigue acumulando la peor estadística en cuanto a impropios: es decir, es el que más induce a error a los gallegos a la hora de depositar en él determinados residuos, ya que habitualmente se relaciona con todo el material plástico y no es así. Para ello, Sogama realiza campañas periódicas de concienciación.

¿Qué podemos depositar en el contenedor amarillo?
▶ Botellas de plástico.
▶ Latas de conserva y bebidas.
▶ Tapas y tapones de plástico, metal y chapas.
▶ Papel film y papel de aluminio.
▶ Bandejas de aluminio.
▶ Bandejas de corcho blanco.
▶ Botes de desodorante y de productos cosméticos.
▶ Bolsas de plástico (limpias).
▶ Tarrinas, envases y tapas de yogurt.
▶ Briks (leche, zumos, sopas…).
▶ Tubos de pasta de dientes.
▶ Envoltorios de plástico de magdalenas, galletas…

¿Qué no podemos tirar en el contenedor amarillo?
▶ Biberones y chupetes.
▶ Utensilios de cocina.
▶ Cubos.
▶ Juguetes de plástico.
▶ Pañales.
▶ Tupperwares y moldes de silicona para cocinar.
▶ Sacapuntas.
▶ Mecheros.
▶ Neceseres.
▶ Envases de medicamentos.