La Xunta facilitará la construcción de viviendas junto a las granjas

La reforma de la Lei do Solo busca el relevo generacional en el medio rural

Consello da Xunta de este jueves. PEPE FERRÍN (AGN)
photo_camera Consello da Xunta de este jueves. PEPE FERRÍN (AGN)

El Consello da Xunta dio este jueves luz verde a una modificación en el reglamento de la Lei do Solo que permitirá, entre otros aspectos, facilitar la construcción de nuevas viviendas o la rehabilitación de las existentes en suelo rústico, especialmente cuando estén vinculadas a instalaciones agropecuarias. De esta forma, se fomenta el relevo generacional en el sector primario y se avanza en la estrategia para rejuvenecer y dinamizar el campo. Un objetivo que también se buscará a través de otra vía que abre el cambio legal: el fomento de negocios rurales.

Desde su entrada en vigor hace tres años, la Lei do Solo evidenció algunas lagunas y dificultades de interpretación que provocaron inseguridad, sobre todo relacionada con la vivienda en zona rústica.

El nuevo marco jurídico permitirá, en las explotaciones agropecuarias, habilitar una segunda casa asociada a la que gestiona la granja. En una sociedad tradicional como la gallega resulta especialmente interesante, ya que abre la puerta al relevo generacional en el sector primario, porque los jóvenes podrán mantener el negocio de sus padres, pero "independizados" en su propia vivienda. El cambio legal incluso abre la puerta a ese segundo inmueble en la explotación no solo para familiares, sino para personas que ejerzan como vigilantes, gestores o asistentes de las explotaciones.

Además, autoriza edificar casas para jornaleros temporales cuando el ciclo de productos así lo exija —la vendimia dura dos meses, la campaña del arándano medio año, la castaña todo el otoño...—. Fuera de esas fechas, esa vivienda podrá destinarse a otros usos, como el alquiler vacacional.

Siguiendo la misma estrategia para dinamizar el rural, se potenciará el turismo en suelo rústico, especialmente el relacionado con los caminos de Santiago. De esta forma, se concreta el concepto de albergues turísticos vinculados a las rutas, consideración que se dará a aquellos emplazados en ámbitos con declaración BIC o en zonas de afectación del Camino.

El tercer eje será la rehabilitación de las construcciones rurales existentes para recuperar la riqueza del patrimonio del campo. El presidente de la Xunta aclaró que se podrá desarrollar más de un uso en esos inmuebles, una ampliación que permitirá "compatibilizar" las residencias con "negocios típicos do rural".

Por último, se introducirá una serie de cambios a nivel administrativo y de planificación urbanística para clarificar el nuevo Plan Básico Autonómico.

MÁS RISGA. El Consello también aprobó el decreto que desarrolla la ley de inclusión, que permitirá que las personas que cobran la Renta de Integración Social de Galicia (Risga) —unas 10.000— puedan compatibilizar esa prestación con un trabajo. Se trata de una normativa muy compleja que acumula años de retraso desde su anuncio, tanto por los rigores de la crisis económica como por el debate sobre su aplicación práctica.

El decreto prevé crear dos nuevos tramos de la Risga: uno de inserción y otro de transición al empleo. En el primero, los beneficiarios podrán recibir hasta 188 euros adicionales durante un máximo de 12 meses, con prórroga de otros seis, siempre y cuando tengan un diagnóstico de empleabilidad y con el compromiso de incorporarse a un trabajo si surge o a un curso de formación. El segundo tramo permitirá cobrar un máximo de un 35% más del salario mínimo más la Risga durante el primer mes, una cantidad que irá descendiendo paulatinamente hasta dejar de percibirla a los seis meses.

El decreto también prevé que los venezolanos que lleguen a Galicia cobren una Risga.

Además, la Xunta aprobó este jueves la renovación del bono eléctrico gallego para las familias "más vulnerables", unas 14.000.

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