Juan José, mecánico, alerta sobre un hábito común al volante: "Puede dañar tu dirección"
A simple vista, parece una rutina más al volante. Pero algunos hábitos que repetimos cada día pueden comprometer seriamente la mecánica de nuestro vehículo. Un gesto tan común puede salir muy caro si no se corrige a tiempo.
Juan José Ebenezer, mecánico y experto en mantenimiento de coches, advierte que incluso conductores con experiencia cometen errores que afectan la seguridad y el funcionamiento del automóvil. Su última advertencia apunta a un hábito que pocos conocen.
- Consecuencias graves para la dirección del vehículo
- El sistema de dirección asistida: un componente vital
- Fallos comunes en la dirección del coche y sus implicaciones
- ¿Cómo identificar problemas en la dirección de mi coche?
- ¿Qué mantenimiento requiere el sistema de dirección?
- ¿Es seguro conducir con la dirección dura o con holgura?
Consecuencias graves para la dirección del vehículo
Este profesional de Talleres Ebenezer y especialista muy seguido en TikTok comparte regularmente valiosos consejos destinados a prolongar la durabilidad de elementos esenciales del coche, desde los neumáticos y las pastillas de freno hasta el complejo sistema de dirección. Precisamente sobre este último, ha lanzado recientemente un vídeo con el propósito de concienciar a los conductores y erradicar una práctica extendida que, sin saberlo, puede comprometer seriamente la integridad de este vital componente.
La advertencia principal de Juan José Ebenezer se dirige a una acción aparentemente inofensiva pero con consecuencias potencialmente graves para la dirección: girar las ruedas del vehículo cuando este se encuentra completamente detenido, especialmente al maniobrar para salir de un estacionamiento. Según el especialista, esta costumbre, muy arraigada entre los automovilistas, "sobrecarga la tensión y el esfuerzo" que ejerce el sistema de dirección asistida.
La razón es sencilla: al estar el coche inmóvil, los neumáticos experimentan una fricción máxima contra el asfalto. Si se intenta girar el volante en estas condiciones, el sistema hidráulico o eléctrico de la dirección debe realizar un esfuerzo desproporcionado para vencer esa resistencia, lo que puede acelerar el desgaste de sus componentes internos.
Por ello, Ebenezer aconseja encarecidamente realizar un ligero avance o retroceso del vehículo antes de iniciar el giro de las ruedas. Este pequeño movimiento reduce drásticamente la fricción del neumático con la superficie, facilitando la tarea de la dirección y minimizando el estrés mecánico.
De hecho, esta técnica es una lección fundamental que se imparte a los conductores de camiones, vehículos que, por su peso y tamaño, son aún más susceptibles a sufrir averías en sus sistemas de dirección si no se manejan con esta precaución. La práctica de girar el volante con el coche parado no solo afecta a la bomba de dirección asistida, sino que también puede repercutir negativamente en las rótulas, los terminales de dirección y otros elementos cruciales, acortando su vida útil y propiciando costosas reparaciones a medio y largo plazo.
El sistema de dirección asistida: un componente vital
El sistema de dirección asistida es un conjunto mecánico y, en muchos casos, electrónico, diseñado para reducir el esfuerzo físico necesario para girar el volante de un vehículo. Su función principal es facilitar la maniobrabilidad, especialmente a bajas velocidades o al estacionar, mejorando significativamente la experiencia de conducción y la seguridad.
Existen principalmente tres tipos de sistemas de dirección asistida: la hidráulica, la electrohidráulica y la eléctrica. La dirección hidráulica utiliza una bomba, impulsada por el motor, para presurizar un fluido que asiste el giro. La electrohidráulica combina elementos hidráulicos con una bomba eléctrica, mientras que la dirección eléctrica, la más moderna, emplea un motor eléctrico para proporcionar la asistencia directamente, sin necesidad de fluidos.
Independientemente del tipo, un funcionamiento óptimo de este sistema es indispensable para mantener el control del vehículo y garantizar una respuesta precisa en cualquier situación de la carretera.
Fallos comunes en la dirección del coche y sus implicaciones
Identificar a tiempo los problemas en el sistema de dirección es crucial para la seguridad vial y para evitar daños mayores. Uno de los fallos más habituales se manifiesta cuando la dirección se percibe "dura y difícil de mover". Esta situación suele ser un claro indicio de un bajo nivel de líquido de dirección asistida, provocado generalmente por fugas en el circuito.
Un nivel insuficiente de este fluido obliga a la bomba a trabajar en exceso, lo que puede llevar a su avería prematura y a un incremento significativo del esfuerzo requerido para girar el volante. La revisión periódica del nivel de líquido es una medida preventiva sencilla que puede evitar este tipo de inconvenientes.
Otro problema frecuente es la aparición de "holgura en el volante". Esta sensación de juego o imprecisión al girar el volante puede deberse al desgaste de las rótulas de dirección o de la propia caja de dirección.
Las rótulas son elementos articulados que permiten el movimiento de las ruedas y, con el tiempo, sus componentes internos pueden deteriorarse, generando ese juego indeseado. Una holgura excesiva no solo compromete la precisión de la dirección, sino que también afecta la estabilidad del vehículo, especialmente a altas velocidades, y puede ser un factor de riesgo en situaciones de emergencia. La inspección regular de estos componentes es fundamental para detectar el desgaste antes de que se convierta en un problema grave.
El tercer fallo se hace evidente cuando se perciben "ruidos fuertes al girar el volante". Estos sonidos, que pueden ser chirridos, crujidos o golpes, a menudo son indicativos del desgaste de los silentblocks o de una falta de lubricación en los componentes de la dirección.
Los silentblocks son piezas de goma o poliuretano que absorben vibraciones y ruidos, y su deterioro puede generar fricción y sonidos anómalos. Asimismo, la ausencia de lubricación en las articulaciones o en la columna de dirección puede provocar ruidos molestos y acelerar el desgaste de las piezas. Atender estos ruidos a tiempo puede prevenir averías más complejas y costosas en el futuro.
Finalmente, si se notan "vibraciones en el volante", es muy probable que los neumáticos estén mal alineados o desequilibrados. Un desequilibrio en las ruedas, por ejemplo, puede generar vibraciones que se transmiten al volante, especialmente a ciertas velocidades.
Una alineación incorrecta, por su parte, no solo causa vibraciones, sino que también provoca un desgaste irregular y prematuro de los neumáticos, lo que reduce su vida útil y afecta la adherencia del vehículo a la carretera. Es importante resaltar que una alineación adecuada resulta esencial para prevenir este desgaste irregular de los neumáticos, un aspecto clave para garantizar la seguridad en la conducción y optimizar el rendimiento del combustible.
¿Cómo identificar problemas en la dirección de mi coche?
La detección temprana de anomalías en el sistema de dirección es vital. Además de los síntomas ya mencionados, como la dirección dura, la holgura o los ruidos, otros indicadores pueden incluir un volante que no regresa a su posición central después de un giro, una sensación de que el coche "tira" hacia un lado mientras se conduce en línea recta, o la presencia de manchas de líquido bajo el vehículo, que podrían señalar una fuga en el sistema hidráulico.
Prestar atención a estos detalles y realizar inspecciones visuales periódicas puede ayudar a identificar problemas antes de que se agraven. Un cambio en el comportamiento habitual del volante o una respuesta inusual del vehículo al girar son señales claras de que es necesario acudir a un especialista para una revisión exhaustiva.
¿Qué mantenimiento requiere el sistema de dirección?
El mantenimiento preventivo del sistema de dirección es relativamente sencillo y puede evitar muchas averías costosas. Incluye la revisión periódica del nivel del líquido de dirección asistida (en sistemas hidráulicos y electrohidráulicos) y su sustitución según las indicaciones del fabricante, generalmente cada dos o tres años o un determinado kilometraje.
También es fundamental inspeccionar visualmente las mangueras y conexiones en busca de fugas, así como el estado de las rótulas, los silentblocks y los fuelles de dirección, que protegen los componentes internos del polvo y la suciedad. Una alineación y equilibrado de ruedas regular, especialmente después de golpes o cambios de neumáticos, es igualmente crucial.
Estas acciones, junto con la práctica de no girar las ruedas en parado, contribuyen significativamente a prolongar la vida útil del sistema y a mantener la seguridad del vehículo.
¿Es seguro conducir con la dirección dura o con holgura?
Conducir con una dirección que presenta dureza o holgura compromete seriamente la seguridad. Una dirección dura dificulta la maniobrabilidad, especialmente en situaciones de emergencia donde se requiere una respuesta rápida y precisa del volante. Esto puede aumentar el tiempo de reacción del conductor y la probabilidad de sufrir un accidente.
Por otro lado, la holgura en el volante reduce la precisión de la dirección, haciendo que el vehículo sea menos predecible y más difícil de controlar, especialmente a velocidades elevadas o en curvas.
Ambos problemas no solo afectan la comodidad al conducir, sino que también pueden derivar en fallos catastróficos si no se abordan a tiempo. Por tanto, ante cualquier síntoma de anomalía en la dirección, es imperativo llevar el vehículo al taller para una revisión y reparación inmediatas, priorizando siempre la seguridad de los ocupantes y la de otros usuarios de la vía.