La Feira da Androlla de Navia de Suarna celebró ayer sus veinticinco años de edad, un cuarto de siglo en el que ha sabido afianzarse en el calendario de este tipo de citas gastronómicas como la muestra más veterana de toda A Montaña lucense. La tradición de exaltar por estas fechas uno de los productos más representativos de la zona está ya muy asentada, especialmente en la comarca, lo que permitió que el aniversario de la feria cumpliese con las expectativas de público a pesar de una meteorología adversa. Estuvo lloviendo durante toda la jornada, aunque no hacía mucho frío, pero, además, los temporales de nieve que se registraron en la zona durante las últimas semanas redujeron sensiblemente el número de foráneos que se trasladó hasta Navia de Suarna.
En cualquier caso, la plaza principal de la villa estuvo muy animada durante la jornada. Allí se instalaron una treintena de puestos, en los que se pusieron a la venta 6.000 kilos de androlla, pero también casi todos los otros productos que son necesarios para hacer un buen cocido, típico de estas fechas del año. Además, en esta zona, donde como es habitual se habilitó una gran carpa, se encontraban puestos de otros artículos de alimentación, desde miel a dulces, pasando por licores.
La feria se completaba con puestos de artesanía, textil y calzado, que se instalaron en las calles que desembocan en la plaza de la villa, así como varias pulperías.
A la una de la tarde, se inició la degustación gratuita de androlla, en la que se distribuyeron 200 kilos en pequeñas raciones, preparadas por el Mesón O Pedregal. Su responsable destacaba que para la preparación de este volumen de androlla, "o segredo reside en xuntar moito as pezas para que non se rompan durante a cocción, que, como mínimo, ten que durar dúas horas e facerse a fogo lento".
A la feria acudió un numeroso grupo de políticos del PSOE, con el presidente de la Diputación, José Ramón Gómez Besteiro, a la cabeza y del PP, entre ellos el secretario del Parlamento y del partido en Lugo, José Manuel Balseiro, y el subdelegado del Gobierno, Ramón Carballo.
