
Los pastelillos "cupcakes" tienen como base bizcochos individuales o magdalenas de receta europea (no la del "muffin" norteamericano) a los que, una vez horneados, se les añade un relleno, o licores de sabores y se cubren con pasta de azúcar coloreada cuya textura permite moldearla para que la decoración tenga motivos variados y personalizados.
Pastel de origen estadounidense
El origen de los "cupcakes" está en las cocinas caseras de Estados Unidos, a principios del siglo XIX cuando aún no se fabricaban moldes variados para los diferentes platos que se elaboraban pasando por el horno.
La traducción de "cup-cake" parece indicar que en su elaboración se utilizaban como molde las antiguas tazas de cerámica o porcelana que resistían la temperatura del horno, o también puede aludir a las medidas de los diferentes ingredientes.
La antigüedad de este dulce no tiene nada que ver con su difusión mundial, vinculada a la globalizadora televisión.
La emisión de la serie "Sexo en Nueva York" comenzó en 1998 las seis temporadas emitidas hasta ahora en televisiones de todo el mundoy dio a conocer a las cuatro actrices-amigas protagonistas, sus preocupaciones, su refugio para sesiones de confidencias en la cafetería "Magnolia Bakery" de Manhattan y su compañero de desdichas: un "cupcake".
La cafetería de la serie se hizo famosa por sus pastelillos decorados y ya editó varios libros de recetas para su elaboración, consiguió que sus dulces se difundieran al otro lado del oceáno Atlántico hasta ser oferta habitual en cafés de Londres y París y forma parte de los recorridos turísticos cinematográficos por la ciudad de Nueva York.
También en Galicia, personalizados y por internet
La elaboración de los "cupcakes" en Galicia comenzó hace cuatro años con Karen Blanco, una pontevedresa de nacimiento que emigró con sus padres a Venezuela, donde les ayudó en la confitería que regentaban en el barrio caraqueño de La Florida.
Blanco explicó a GG que este pastel es tradicional en Estados Unidos y por proximidad geográfica, está muy extendido en América Latina, por lo que era una de las especialidades de la pastelería de sus padres como " regalo tradicional para los que están enfermos o cumplen años", explicó.
Karen Blanco es ingeniera de sistemas, se casó con un gallego que trabaja como diseñador gráfico, y esta combinación le animó a plantearse su autoempleo así que hace cuatro años creó su página en internet y comenzó a ofrecer su especialidad pastelera en confiterías de Pontevedra.
Cómo ayuda una promoción televisiva y una boda en Mondariz
Blanco explicó que en algún momento de sus rondas de visitas a pastelerías, la serie "Sexo en Nueva York" comenzó a ser la preferida de muchas familias pues los pedidos empezaron a ser frecuentes, tanto para la elaboración de las tartas con decoración personalizada como para los pastelillos individuales.
"Este trabajo comenzó a ser habitual en mi casa desde que una chica inglesa vino a casarse con un gallego al balneario de Mondariz y me encargó una tarta de varios pisos de forma que cada uno de ellos estuviese formado por varios pastelillos diferentes, vamos, que el pedido fue de una cascada de cupcakes",agregó.
La tarta gustó tanto que asistentes a la boda y otros que la conocieron por el boca a boca y por estar sus fotografías en la página de Karen, empezaron a encargarle más.
Desde Pontevedra con "Cakelum"
Desde su casa en O Porriño (Pontevedra) Karen atiende pedidos de toda la provincia y siempre elabora la decoración de tartas y "cupcakes" adaptada al tema de la celebración.
En ese sentido, recordó que la de Mondariz fue una de las más complicadas pues le llevó tres días, aunque lo habitual es que una tarta le lleve entre 8 y 9 horas.
En relación a los pastelillos, una docena puede llevarle 4 horas y comienza con la entrada en el horno de un preparado de magdalena al que ella añade a veces sabor a vainilla, y tras hornearlas y dejar que enfríen, las rellena o las emborracha con licores.
Para la decoración, Blanco utiliza una pasta de azúcar que no encuentra fácilmente y debe traerla de Estados Unidos e Inglaterra, y con ella se adapta a cualquier pedido, incluso a los que pretenden pastelillos exactos a los que reciben confidencias en la serie de televisión "Sexo en Nueva York".
"Los pastelillos que comen las protagonistas se decoran con merengue de colores y una especie de confetti de chocolate y puedo hacer eso o otras decoraciones con pasta de azúcar que luego pinto a mano o la moldeo".
Entre sus entregas más laboriosas, Blanco recuerda una tarta que reproducía la escena de un grupo de amigos en una avenida de palmeras del Levante español, o pastelillos individuales decorados cono un juego de "comecocos".
El resultado final, antes de entregarlo a sus clientes, pasa por la crítica de su hijo de tres años que colabora en los detalles y le ayuda a no dejar ninguno fuera como ocurrió con una tarta de "Dora la exploradora" en la que el pequeño detectó un fallo.
También desde A Coruña con "Pedacitos de azúcar"
Las hermanas Joana y Natalia Cedeño Perdomo, arquitecta y economista respectivamente, llegaron hace meses de Venezuela para instalarse en A Coruña, pues la primera se casó con un hijo de gallegos emigrados al país hispanoamericano.
Joana contó a GG que en diciembre de 2009 elaboró una tarta decorada al estilo de Estados Unidos para una cena de su grupo de amigas y "gustó tanto que primero ellas y después otras que lo supieron por ellas, comenzaron a pedirme que hiciera más", explicó.
Las hermanas Cedeño aprendieron la elaboración de tartas decoradas y "cupcakes" en sendos cursos en Miami y Barcelona y desde que comenzaron los pedidos, hacen acopio de los diferentes materiales necesarios y desde enero de 2010 atienden pedidos en internet.
También en este caso, el soporte digital sirve como catálogo de lo que pueden hacer y su "blog" es un desfile de tartas y pastelillos con decoraciones muy variadas.
La tarea está dividida y primero Natali prepara masas y hornea y luego Joana decora con pasta de azúcar que ellas mismas elaboran y con utensilios traídos desde Miami y Nueva York, ciudades a las que Natali viaja con frecuencia.
Los colorantes comestibles utilizados tiene textura de pasta y sólo los consiguen en Londres mientras que moldes y cortadores vienen también de Madrid y Barcelona.