Gabo solo y solitario Antonio Costa Gómez Me conozco las triquiñuelas de los editores. Desde manosear los textos como si ellos fueran los autores o ponerlo todo en lenguaje políticamente…
París está en el confín de Galicia Antonio Costa Gómez Wim Wnders encontró París en un rincón perdido de Texas. Yo lo encontré una vez en el confín de Galicia.
Nuestro Montaigne, Feijoo (el fraile del siglo XVIII, coño) Antonio Costa Gómez "Ser de un tiempo y de una tierra, es el secreto de la poesía más humana y verdadera", dijo Salvatore Quasimodo.
Un día fundamos el Atlantismo Antonio Costa Gómez Un día fundamos el atlantismo. Estábamos en el Círculo de Bellas Artes de Madrid Eugenia Rico, Teresa Sebastián y yo. Era el mar, el infinito, la…
Sebald, el nebuloso Antonio Costa Gómez Quería ver el Gran Hotel Oriente, en Londres, que ahora es el hotel Andaz, porque allí hablan tanto rato los dos personajes de Austerlitz de…
El zombi y Marilyn Monroe Antonio Costa Gómez No he leído ningún libro de James Ellroy ni pienso leerlo. Pero he leído montones de entrevistas estúpidas con él. Y el guion de Los Angeles…
Volcanes en los balcones Antonio Costa Gómez Me acuerdo. Había que bajar por detrás del castillo por una calle en escaleras que pasaba entre árboles y faroles. Y se llegaba a una plaza anodina…
Comando para liberar a Emily Dickinson Antonio Costa Gómez La quieren encerrar, pero no se puede. Ni los ideólogos ni los académicos pueden. Ni las modas de época pueden. La quieren clasificar, clavarla en…
Un Max Estrella en Ucrania Antonio Costa Gómez En Recreaciones Yuri Andrujovitch narra un congreso de escritores ucranianos en una ciudad de provincias. Los escritores esperpénticos se parodian…
A Gabriel y Galán solo lo entienden en Salamanca Antonio Costa Gómez Una vez un tipo me dijo que yo no entendía a Gabriel y Galán porque no era de Salamanca. Le dije que no soy de Japón y admiro mucho a escritores de…
Pérez Reverte, un escalofrío Antonio Costa Gómez El final de El tango de la vieja guardia me produjo un escalofrío. Sentí una especie de vértigo. Muestra una relación recia y profunda entre los…
París era Hemingway Antonio Costa Gómez A menudo pasaba hambre, pero París era una fiesta. Cuando le apretaba el hambre iba a comer a casa de Gertrude Stein. Y en cuanto cobraba algo se…
Kafka y la bailarina Antonio Costa Gómez En una entrada de su Diario Kafka habla de un encuentro con una bailarina famosa.
Edna O'Brien, una desazón irlandesa Antonio Costa Gómez Me gusta esta mujer. Leí hace poco novelas suyas y libros de cuentos. Me acuerdo de ese cuento en que va a ver a su madre al hospital y no pueden…
El gran Gatsby, el gran Meaulnes Antonio Costa Gómez Aunque tienen tantas diferencias, se parecen mucho. Uno se desarrolla en Nueva York, en el país de los perdedores y triunfadores, donde todo se…
Pobres amantes de Florencia Antonio Costa Gómez Estábamos la última noche en un hotel barato en un palacio del siglo XVI, con una botella de vino Montalcino, y recordábamos cosas de…
Handke, te lo dije Antonio Costa Gómez Sí, te lo dije cuando pensé en ti en el bar Peter, al final muchos preferirán tu silencio al cacareo, era un bar diminuto y con cuadritos en la…
Escritura y afonía Antonio Costa Gómez Hay escritores charlatanes. Da igual que dejes de escucharlos un rato, ellos siguen hablando. Pero hay otros afónicos, que hay que escucharlos con…
Escritores y lluvias Antonio Costa Gómez Se publicó en España la novela de la serbia Gordana Kuic 'El olor de la lluvia en los Balcanes', que habla de como las hermanas Salom, en la Sarajevo…
Costa Figueiras, un cielo ignorado Antonio Costa Gómez "Éste es Costa Figueiras, gallego enamorado/ de un camino sin fin y de un cielo ignorado", escribió Cabanillas. Esos versos hablan de las…
Ana María Matute en la isla Trinidad Antonio Costa Gómez En Compostela conocí a un tipo que era de la isla Trinidad, se llamaba Willy y había tenido una relación amorosa con una limpiadora de la…
Pessoa es como el caldo gallego Antonio Costa Gómez Que no tiene sustancia. Que no sabe quien es. Que no tiene nombre siquiera, y por eso se pone muchos nombres. Llamarse Pessoa (Persona) es como…
Todas iban a ser reinas Antonio Costa Gómez Siempre me han fascinado las escritoras. Siempre me ha gustado leer sus palpitaciones a pesar de los dioses patriarcales, de que las demonicen, de…
Hablando con Nessie sobre Stevenson Antonio Costa Gómez Estuve tres días en un apartamento en Fort Augustus, a orillas del lago Ness, Consuelo encontró en la orilla una mañana una piedra con una veta que…
Cunqueiro, la carroza fantasma Antonio Costa Gómez Hay que leer varias veces Las crónicas del sochantre. Sobre todo, después de estar en Bretaña, como yo estuve dos veces. Hay que saborear los…
Tristan Cobière, borracho en su balcón Antonio Costa Gómez Muchas veces me he preguntado si me publicarían un artículo escrito estando borracho, y escribí muchos artículos con borrachera mental
Discutía con Pichi sobre John Fowles Antonio Costa Gómez Cuando tenía quince años Pichi estudiaba conmigo, era inteligente, era culto para su edad, y para mí tenía algo muy prestigioso, tenía una…
Ian Rankin a través del whisky Antonio Costa Gómez La última noche en Eduimburgo pedí una copa de whisky Macalllam y sentí que nunca me había llevado nada tan delicioso a la boca
El Aliento de Christina (Rosseti) Antonio Costa Gómez La poesía no se fabrica, Surge del aliento interior. Que digan lo que quiera los que creen que todo consiste en técnica, en fabricación
Pensaba en Carelia y en Södergran Antonio Costa Gómez En Helsinki me encantaba pensar en Carelia y a veces imaginaba combinaciones de transportes, sacrificar otros lugares, para llegar hasta allí. Estaba…