Opinión

Besteiro tendrá que esperar

Pedro Sánchez resolverá primero su investidura y después abordará Galicia, donde se abrirían nuevas posibilidades incluso sin primarias
Fiesta de los socialistas en Oroso de 2016. EFE
photo_camera Fiesta de los socialistas en Oroso de 2016. EFE

La interinidad en la que parece instalado el PSdeG va camino de cronificarse. En parte por responsabilidad propia, pero también por los caprichos del calendario electoral. Cuando a estas alturas tendría que estar perfilándose ya el futuro candidato/a a la Xunta, la agenda estatal condiciona los tiempos y obliga al socialismo gallego a seguir sin un referente claro un tiempo más. Al menos hasta que Pedro Sánchez resuelva su investidura. Será a partir de ahí, aseguran, cuando desde Ferraz se aborde la cuestión gallega, más relevante que nunca para ellos porque significaría darle la puntilla a Feijóo en su feudo. Un cronograma que también implica riesgos, pues en un escenario electoral tan volátil puede haber repetición estatal o adelanto de autonómicas antes de acabar 2023. Y pillaría al PSdeG buscando aún una foto para el cartel.

Sin alternativa a Besteiro

Es cierto que aunque los tiempos fijados por el PSdeG en julio se alteraron, los planes no. Pasaron cosas en las elecciones del 28-M y del 23-J, pero no las suficientes como para que el socialismo gallego o Ferraz vislumbren alguna alternativa mejor que José Ramón Gómez Besteiro. Tan cierto es que sus bailes entre la Delegación del Gobierno y el Congreso o su mal resultado electoral en Lugo en las generales han erosionado su imagen, como lo es que en el PSdeG no hay hoy un perfil que genere más consenso que el lucense.

Besteiro sigue con más papeletas que nadie para ser el candidato a la Xunta e incluso se rumoreó que no tardaría en lanzar su proyecto interno; pero con las primarias suspendidas y Pedro Sánchez pidiendo tiempo para la investidura, no parece el momento ideal.

Lo que ya no está tan claro a estas alturas es que el lucense vaya a ser elegido en primarias. El enredo de Ferraz comprime bastante el calendario, porque la investidura de Sánchez podría retrasarse hasta finales de octubre o noviembre y meterse en otros 40 o 50 días de proceso interno llevaría la elección a la Navidad. Igual a esas alturas los gallegos ya votaron –ojo a la fecha del 26 de noviembre–.

En ese caso, no podría descartarse que Ferraz siga el modus operandi de nombrar candidato a dedo, al estilo Salvador Illa, Carolina Darias o Reyes Maroto.

Al fin y al cabo, la actual dirección del PSdeG no es muy de primarias, quizás consciente de que están muy bien como eslogan y para la galería, pero internamente los partidos políticos ya se encargan de desvirtuarlas con censos artificiales, votos teledirigidos, carreteos y lo que haga falta.

Norte y sur

Que Besteiro sea hoy el favorito para ser candidato a la Xunta, con o sin primarias, tampoco le garantiza que lo vaya a ser. Esto es el PSOE y Pedro Sánchez ya demostró en más de una ocasión dos cosas: su absoluto hiperliderazgo y su no menos absoluta imprevisibilidad. Él decidirá lo que quiera.

Y es ahí donde se abren otros escenarios. Uno de ellos, buscar una alternativa a Besteiro, visto que su resultado electoral no fue bueno y que hay quien no le ve muchas ganas. Una vez más sale el nombre de José Miñones, un político sin mochilas, con la percha de ministro y feeling con Sánchez, pero escaso conocimiento del partido y de la política gallega.

Y el de Gonzalo Caballero, teórico rival del lucense en su rol de candidato de Vigo, ciudad donde los socialistas llevan tiempo enredando porque andan moscas con todo lo que huela a norte. Si las primarias entre Formoso y Caballero en 2021 trazaron una línea divisoria norte-sur en el socialismo gallego, los resultados electorales la agravaron. Vigo se reivindica como bastión electoral del PSdeG y así se lo hizo saber Abel Caballero a los suyos. "Ocuparemos el lugar que nos corresponde", dijo.

La presencia del alcalde, que rara vez abandona Vigo, en el mitin de cierre de campaña del 23-J en Ourense fue muy significativa. Dicen que fue él quien pidió ir, quizás para visualizar esa alianza socialista del sur.

Hay quien echa de menos a Formoso

Uno de los últimos actos públicos de Valentín González Formoso como secretario general del PSdeG fue a finales de julio, en la ejecutiva que fijó el calendario de las primarias que más tarde desbarataría Ferraz. Despúes, desapareció, al menos como líder socialista. En pleno arranque de curso político hay quien echa de menos, dentro y fuera de su partido, algo más de presencia del pontés, que sí mantuvo agenda como alcalde y presidente de la Diputación de A Coruña.

La oposición directa a Alfonso Rueda parece seguir en manos exclusivamente de Ana Pontón, mientras que en las filas socialistas son las apariciones semanales de Luis Álvarez en el Parlamento y la permanente beligerancia de Abel Caballero desde la trinchera de Vigo las que mantienen el pulso opositor del PSdeG. Esto no quiere decir que Formoso no esté trabajando, pero en política es muy importante, además de trabajar, que parezca que lo haces.

Gonzalo Caballero sigue muy atento

El exlíder del PSdeG y actual diputado en O Hórreo empezó –o más bien intensificó– su particular campaña interna en cuanto se conoció la fecha de las primarias, pero su posterior anulación por parte de Ferraz lo ha descolocado un poco. De momento, frenó su agenda, por respeto al proceso y porque no tiene ningún sentido quemarse de cara a una votación que a día de hoy nadie es capaz de asegurar que se vaya a producir.

Caballero sigue mostrándose crítico con la actual dirección socialista y las relaciones con su tío Abel atraviesan un buen momento, por lo que se siente más reforzado por la maquinaria orgánica de Vigo. En unas hipotéticas primarias, está convencido de ganar en las provincias de Pontevedra y Ourense con claridad, pero sabe que el norte le sigue siendo hostil. Otra cosa es que, sin primarias, no tiene opciones de ser el candidato a la Xunta. Por eso, sigue muy atento a lo que pueda ocurrir.

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