Cultura

Arcade Fire acaba su apoteósico concierto de Madrid en la calle

A eso de las once de la noche, una quincena de músicos se bajan del escenario en forma de cuadrilátero instalado en el centro de la pista del WiZink Center y se adentran entre el gentío interpretando una extensión del himno Wake up en plan orquesta jazz de Nueva Orleans. Se encaminan hacia una de las salidas y andan escaleras arriba hacia la calle acompañados por decenas de personas que buscan la fiesta infinita.

Así acaban Arcade Fire, acompañados por sus teloneros, Preservation Hall Jazz Band, tocando literalmente en la calle para gozo de los que estaban dentro del pabellón, que se arremolinan a su alrededor para captar el momento y seguir bailando, y pasmo de quienes pasaban por allí sin saber qué demonios estaba pasando. Así termina un concierto de dos horas en el que el grupo canadiense mantuvo el nivel de energía constantemente muy arriba, con su propio ring de boxeo como epicentro.

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