Aumenta la preocupación en el PP por grabaciones de Cospedal, que se defiende

Cospedal ha querido defenderse este viernes y ha considerado que era "su obligación" como número dos conocer todo aquello pudiera afectar a la organización política, e incluso ha considerado "impresentable" que se la cuestione por hablar hacer nueve años con una persona que ahora está en prisión

El excomisario Villarejo. AEP
photo_camera El excomisario Villarejo. AEP

Las nuevas grabaciones del excomisario José Manuel Villarejo con el marido de María Dolores de Cospedal, que ahora revelan la intención de la ex secretaria general de obtener información sobre Javier Arenas, han elevado la preocupación en el Partido Popular.

Pero Cospedal ha querido defenderse este viernes y ha considerado que era "su obligación" como número dos conocer todo aquello pudiera afectar a la organización política, e incluso ha considerado "impresentable" que se la cuestione por hablar hacer nueve años con una persona que ahora está en prisión.

El nuevo episodio de las conversaciones entre Cospedal, su marido, Ignacio López del Hierro, y Villarejo ha causado inquietud en el PP, e incluso malestar, porque como apuntan a Efe desde la dirección, "no es normal" que el esposo de la entonces secretaria general "despachara" asuntos en nombre del PP.

Aunque admiten que la situación se complica no pedirán por el momento a Cospedal que se eche a un lado. Algunas fuentes entienden, no obstante, que ella misma debería tomar esa decisión para no dañar al partido.

Moncloa.com publicaba esta mañana una nueva entrega de las conversaciones de Villarejo.

En este caso de trata de fragmentos de conversaciones entre el excomisario e Ignacio López del Hierro que ponen de manifiesto el interés de la ex secretaria general del PP en conocer el papel de su compañero Arenas en la Fundación de Estudios Europeos, asunto sobre el que su esposo encargó a Villarejo un "dossier pagado".

Pablo Casado, que ayer habló de este asunto y advirtió de que cualquier conducta no ejemplar en el PP tendría su "absoluto rechazo", hoy no ha querido hacer declaraciones y ha dejado a su número dos, Teodoro García Egea, la respuesta de la cúpula popular.
García Egea se ha remitido a las explicaciones que ha dado su antecesora en unas declaraciones en la Cope, pero ha insistido en que "la única deuda" que tiene "el PP de Casado" es con sus afiliados.

Al contrario que Cospedal, el otro protagonista de esta nueva entrega, Javier Arenas, ha preferido guardar silencio sobre este asunto que pone de relevancia, como apuntan otras fuentes populares, la mala relación que había entre la ex secretaria general y el exvicesecretario de Política Autonómica y Local.

En el partido persiste el temor de que puedan surgir nuevas conversaciones que afecten a la ex secretaria general.

Por eso algunos cargos consultados por Efe creen que Pablo Casado no solo tiene que mantenerse al margen, también debe desligarse en la medida de lo posible de Cospedal.

"Cuanto antes pongan distancia (con Cospedal), mejor. Es inevitable", señala a Efe un dirigente regional que cree que el líder del partido debe ser claro alejándose de la ex secretaria general.

Sobre todo, recuerdan otras fuentes, porque si no lo hace habrá quien piense que está atado a quien fue determinante en su victoria en las primarias dándole su apoyo en la segunda fase.

Pero entienden que Casado ya no tiene más facturas que pagar a Cospedal, cuyo apoyó ya compensó colocando a muchos de los suyos, como Dolors Montserrat, Vicente Tirado o Isabel García Tejerina, en la dirección del partido.

Admiten en Génova que es legítimo que un secretario general quiera estar informado, pero reconocen que este caso está volviéndose demasiado "turbio" en un momento en el que el partido apuesta por la transparencia, la regeneración y la rendición de cuentas -tres máximas que ha recordado hoy en sus declaraciones García Egea-.

Y es que si este "encargo" se hubiese producido ahora, habría vulnerado el código ético que aprobó recientemente el PP, y que entre otras cosas impide a los cargos populares ofrecer a un funcionario público retribución alguna o recompensa por alguna cuestión que beneficie al partido.

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