Las autoridades de Lesoto han imputado este martes a la primera dama, Maesaiah Thabane, por el asesinato en 2017 de la anterior esposa del primer ministro del país africano, Thomas Thabane.
Según las informaciones recogidas por el portal sudafricano de noticias Eyewitness News, la Policía ha confirmado que la mujer, que llevaba fugada cerca de un mes —después de ser citada a declarar— se encuentra bajo custodia. Posteriormente, ha indicado que la sospechosa ha sido imputada por asesinato e intento de asesinato en el marco de las investigaciones por la muerte en 2017 de Lipolelo Thabane, que fue tiroteada de noche a las puertas de su casa, ubicada a las afueras de la capital del país, Maseru.
Este asesinato tuvo lugar en 2017, dos días antes de que Thomas Thabane tomase posesión como primer ministro por segunda vez en su carrera, con un Gobierno de coalición acordado tras unas elecciones y varios años de gran inestabilidad política. Thabane y Lipolelo habían iniciado años antes los trámites de un complicado divorcio, pero el proceso no había concluido aún cuando el primer ministro volvió al poder.
El director de la Policía vincula también al jefe del Ejecutivo con el crimen
El primer ministro fue vinculado en el caso por el jefe de la Policía, Holomo Molibeli, después de que los datos sobre comunicaciones revelaran que el móvil de Thomas Thabane aparecía entre los cruces de llamadas. Un mes después de la muerte, Thabane, que ahora tiene 80 años, contrajo matrimonio con Maesaiah.
Thabane anunció el 17 de enero su intención de abandonar la política citando el "cansancio" y su "edad" para justificar su decisión, sin dar una fecha para ello y sin hacer referencia al caso. La Policía está buscando también al portavoz del primer ministro, Relebohile Moyeye, sospechoso de haber ayudado a la primera dama a darse a la fuga.
A Thabane se le acusa, además, de haber intentado expulsar de su puesto al actual jefe de la Policía del país, Holomo Molibeli, por su empeño en investigar a la primera dama, a quien incluso una hija de la asesinada había acusado públicamente de estar implicada en el crimen. Ese conflicto provocó que saliera a la luz una carta en la que el policía afirmaba tener pruebas de que se habían hecho llamadas al número del primer ministro desde el lugar del asesinato.
El propio primer ministro, de 80 años, fue interrogado el pasado 22 de enero en su residencia, si bien no trascendieron más detalles de su declaración, en un caso que ya ha desatado una grave crisis política en esa pequeña monarquía constitucional del sur de África.
