Muere a los 75 años Rutger Hauer, el replicante rebelde de 'Blade Runner'

Sus lágrimas en la lluvia han emocionado a generaciones en uno de los monólogos más célebres de la historia del cine
Rutger Hauer en 'Blade Runner'. EP
photo_camera Rutger Hauer en 'Blade Runner'. EP

El actor holandés Rutger Hauer, célebre por su papel del replicante rebelde Roy Batty en Blade Runner, ha muerto a los 75 años tras una breve enfermedad. Su agente, Steve Kenis, informó este miércoles del fallecimiento, que ocurrió el pasado día 19, aunque la familia decidió no hacerlo público hasta celebrar su funeral en Holanda. Las lágrimas en la lluvia de Hauer emocionaron a varias generaciones que ahora, con su muerte, recuerdan al replicante más humano de una historia que se desarrollaba precisamente en el año 2019 que ahora le dice adiós.

"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir". Unas pocas frases escritas por uno de los guionistas del filme, David Webb Peoples, adaptadas por el propio Hauer, que además añadió la famosa referencia a las lágrimas en la lluvia, que reflejaban su rostro cuando se enfrentaba a la muerte.

Es el monólogo con el que Roy Batty se despide, tras salvar al cazador de replicantes Rick Deckard (Harrison Ford), en una pieza de culto de la ciencia ficción dirigida por Ridley Scott y estrenada en 1982, que marcó un punto y aparte en el género y estableció las pautas que se copiarían después hasta la saciedad. Aunque no era el protagonista, Hauer dotó a su personaje de una enorme humanidad y de una sensibilidad entendida a la perfección por los espectadores.

Rutger Hauer. EFE
El actor holandés Rutger Hauer en 2014. EFE

Pocos sabían que Hauer ya era un actor muy conocido en su Holanda natal, donde había protagonizado varias películas de uno de los directores más conocidos del país, Paul Verhoeven. Delicias turcas (1973), Erik, oficial de la reina (1977) o la serie televisiva Floris (1969) fueron algunas de las colaboraciones de Hauer con Verhoeven.

Eran los primeros años de la carrera de este actor nacido en Trecht el 23 de enero de 1944, que ingresó en la Armada holandesa, hizo sus pinitos como poeta y acabó siguiendo los pasos de sus padres, actores teatrales. Destacó rápidamente en la televisión y el cine holandés, pero la fama le llegó con su salto a Hollywood.

Fue primero enfrentándose a Silvester Stallone en Halcones de la noche (Nighthawks, 1981) y luego cuando entró a formar parte de los replicantes a los que debía dar caza Harrison Ford. Junto a Daryl Hannah, Brion James y Joanna Cassidy, Hauer formó el cuarteto de replicantes que trataba de llegar a ser humanos para no ser destruidos cuando su vida como máquinas llegara a su fin.

Ese papel le dio un éxito mundial pero efímero, que se mantuvo hasta su siguiente interpretación más recordada, la del caballero Etienne Navarre en la fábula romántica de Lady Halcón (Ladyhawk, 1985). Hauer compartió protagonismo con una joven Michelle Pfeiffer y un casi adolescente Matthew Broderick en esta película de Richard Donner que también se convirtió en un título de culto, aunque lejos del nivel alcanzado por Blade Runner.

Aún tendría papeles destacados en películas como Los señores del acero (Flesh+Blood, 1985), de nuevo a las órdenes de Verhoeven, o Carretera al infierno (The Hitcher, 1986), pero a partir de ese momento sus trabajos tuvieron menos repercusión.

Alternó cine y televisión, colaboró con George Clooney —como director— en Confesiones de una mente peligrosa (Confessions of a Dangerous Mind, 2002) y hace apenas unos meses se le vio en un papel secundario en el wéstern de Jacques Audiard Los hermanos Sisters (The Brother Sisters, 2018).

En su filmografía también figuran Clave: Omega (1983), Sin City (2005), Batman Begins (2005) o Valerian y la ciudad de los mil planetas (2017).

Con pocos reconocimientos en forma de premios —ganó un Globo de Oro como actor secundario de televisión por Escape from Sobibor (1987)—, su principal logro fue meterse en las mentes de toda una generación de cinéfilos que seguirán recordando sus lágrimas y su humanidad.

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