Las cuentas con la vivienda no salen en Galicia: el alquiler subió el triple que el sueldo desde 2021
Topar los precios en zonas tensionadas de acuerdo con la ley de vivienda, ayudas de hasta 16.000 euros si se rehabilita para arrendar y gravar los pisos vacíos. Son tres medidas tomadas, respectivamente, por el Estado, Xunta, y concellos como el de Santiago en aras de contener los alquileres, un problema que sin embargo tiene muchas más aristas.
Una de ellas –y que no exime que los arrendamientos se hayan disparado– son los bajos salarios en España en general y en Galicia, en particular, ya que la comunidad está por debajo del promedio estatal. Hasta el punto de que si se cruza la tendencia de ambos vectores, tomando datos autonómicos, la subida de los alquileres triplica a la de los sueldos en los últimos cuatro años.
De este desequilibrio alerta un informe conjunto de Fotocasa e Infojobs, que hace un diagnóstico de por qué el acceso a la vivienda se ha convertido en una quimera para gran parte de la población: desde 2021, los emolumentos a los trabajadores han aumentado de media un 8,9% en la comunidad, mientras que los alquileres lo han hecho en un 27,1%, más del triple.
La descompensación es alarmante, e incluso es más acusada en otras latitudes como Madrid, Cataluña o Baleares, con mejores sueldos que Galicia pero donde acceder a una vivienda se ha convertido directamente en un privilegio. De hecho, en el conjunto nacional la subida de los arrendamientos cuadruplica directamente la de los salarios: un 29,4% frente a un 7,4%, según los promedios del estudio, que toma datos inmobiliarios de Fotocasa y salariales de Infojobs.
La media autonómica está a las puertas de los cuatro dígitos
En términos absolutos, y volviendo a acotar la estadística a Galicia, las cifras son todavía más preocupantes: los sueldos han evolucionado de un promedio de 23.227 euros brutos anuales en 2021 a 25.299 al cierre del pasado año. En el mismo periodo, un piso de 100 metros cuadrados (m²) ha pasado de alquilarse por 742 euros al mes a una renta de 943, por lo que la media autonómica se encuentra a las puertas de los cuatro dígitos. Si se rebajan las pretensiones habitacionales a los 80 m², el salto pasa de los 593 euros al mes a 754.
En este sentido, María Matos, directora de estudios de Fotocasa, alerta de la "evolución tan descompensada perjudica la capacidad económica de los hogares, porque [a nivel nacional] los inquilinos ya destinan el 47% de sus ingresos al pago del arrendamiento, muy por encima del umbral de esfuerzo recomendado", que es del 30%.
"La fuerte y rápida escalada del precio del alquiler tiene que ver con una demanda en máximos frente a una oferta en mínimos históricos y un marco laboral marcado por la precariedad, la temporalidad y la inestabilidad, que agrava aún más las dificultades de acceso y consolida un modelo de vivienda profundamente desigual", explican desde el portal inmobiliario sobre la inoportuna confluencia de factores.
Lugo es la comunidad peor parada
Los lucenses afrontan el peor escenario posible en Galicia: son los que soportan una mayor subida porcentual de los alquileres y la peor evolución –en negativo– de los sueldos. Siempre atendiendo al año pasado –lapso acotado por la estadística provincial–, Lugo pasó de un salario medio de 25.043 euros brutos al año al cierre de 2023 a 24.303 al término de 2024 –un 3% menos–. En este periodo los arrendamientos subieron un 13,3%, el mayor alza de Galicia, hasta los 7,77 euros/m2 al mes.