El empleo se complica a partir de los 55 años con más paro y menos ofertas

La tasa de desempleo desde esa edad supera por primera vez la de los trabajadores de 25 a 54 años. Además, cuesta más volver al mercado laboral y las condiciones suelen ser peores
Una persona pasa por delante de la oficina del SEPE. EFE
Una persona pasa por delante de la oficina del SEPE. EFE

Más del 20% de los trabajadores tiene 55 o más años en una España cada vez más envejecida. Hasta hace poco, los ocupados a partir de esa edad tenían tasas de paro más bajas que el resto de la fuerza laboral, pero la situación dio un vuelco en 2023 y ahora se ven más tocados por esa lacra. Este año registran una tasa de paro del 9,8%, lo que supone 0,4 puntos más que la cohorte de 25 a 54 años. Aunque la brecha no es grande, implica un cambio radical con lo que antes era una constante. En 1994, la tasa de paro entre las personas de 55 o más años era casi la mitad de la de los trabajadores por debajo de esa edad, pero a partir de ahí la brecha se fue estrechando hasta desaparecer y darse la vuelta.

Sobre este cambio en los niveles de desempleo por edades pone el foco un análisis publicado por el BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), que advierte además de las mayores dificultades a las que se enfrentan los parados de 55 o más años para salir de esa situación si pierden o dejan un trabajo, pues la duración en el desempleo tiende a alargarse más. En la actualidad, casi el 58% de los mayores desempleados son parados de larga duración, lo que implica llevar más de un año buscando una oportunidad laboral sin encontrarla. Es un porcentaje mucho más alto que entre los 25 y 54 años, del 36%.

Y, cuando logran volver al mercado laboral, la calidad de los nuevos trabajos es, en muchos casos, peor que entre aquellos que han logrado mantenerse en activo durante toda su trayectoria laboral en lo que respecta al tipo de contrato, la ocupación o las condiciones. "La precariedad laboral que sufren es mayor", recoge el estudio. La situación de los mayores que han de volver a empezar también es peor que la de otras personas más jóvenes en circunstancias semejantes, incluidos los salarios más bajos.

Esta situación refleja que los trabajadores de más edad son menos atractivos para las empresas, un hecho que desde la Fundación BBVA y el Ivie ven "preocupante" ante el envejecimiento de la población. Señalan que "dificulta los esfuerzos para retrasar la edad de jubilación y prolongar la vida activa de las personas" para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Así, llaman a "superar los estereotipos basados en la edad" en un escenario en el que "los candidatos jóvenes serán cada vez más escasos, las jubilaciones más frecuentes y las dificultades para cubrir vacantes más intensas".

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