Lagarde: "Hay que ganar la batalla contra la inflación"

Los socios del euro ven clave acompasar la política monetaria del BCE con la vuelta a la disciplina fiscal, además de recuperar la competitividad. El Eurogrupo constata la necesidad de reducir la deuda y el déficit sin descuidar la inversión. Gentiloni llama a los países a limitar a los “vulnerables” los incentivos fiscales para paliar los costes energéticos

Mandatarios presentes en el Ecofin de Santiago. PEPE FERRÍN
photo_camera Foto de familia de la reunión del Ecofin de Santiago. PEPE FERRÍN

Coordinar la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) con la política fiscal de los socios de la UE, impulsar la competitividad que el viejo continente ha perdido y la necesaria ratificación por parte de Italia de la reforma del tratado del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), el fondo de rescate cuya misión es velar por la estabilidad financiera de la eurozona, fueron este viernes los temas centrales de la reunión informal que los ministros de Economía y Finanzas del euro (Eurogrupo) mantuvieron en Santiago.

A la cita asistió la presidenta del BCE, Christine Lagarde, que explicó a los socios la decisión adoptada el jueves por el consejo de gobierno del supervisor de incrementar los tipos de interés en 0,25 puntos porcentuales, lo que sitúa el precio del dinero en la zona euro en el 4,5%, el nivel más elevado desde 2001. La meta, dijo, es “ganar la batalla contra la inflación”. Con el foco puesto en devolver el IPC –que en agosto se mantuvo estable en el 5,3% en la zona euro-- al objetivo de estabilidad del 2%, la exministra francesa incidió en que la institución está "trabajando por la estabilidad de precios" con la política monetaria como "herramienta". Sin fijar plazos concretos para la vuelta a una relajación de los tipos de interés, fue contundente al señalar que la tasa rectora seguirá “en niveles restrictivos el tiempo que sea necesario”. También aseguró que ningún ministro del Eurogrupo cuestionó la resolución adoptada por el organismo con sede en Fráncfort.

Calviño y Lagarde. PEPE FERRÍN
Calviño y Lagarde. PEPE FERRÍN

Consciente de que preocupa el impacto de la política monetaria en la economía, la presidenta del BCE repasó con el Eurogrupo las previsiones de crecimiento. Mientras en las proyecciones de verano que la Comisión Europea (CE) publicó el lunes se apunta a que el área de la moneda única crecerá un 0,8% de media este año y un 1,3% en 2023, rebajando en tres décimas sus estimaciones con respecto a mayo, este jueves el BCE también redujo sus expectativas. Y es menos optimista, pues apuesta por un avance del PIB del 0,7% este año y del 1% para el que viene frente al 0,9 y al 1,5% de su anterior diagnóstico.

"Un crecimiento menor no significa recesión", recalcó este viernes Lagarde, que incidió en la necesidad de "coordinar" la política monetaria con las políticas fiscales de los estados miembros. En este punto, llamó a los socios del euro a "centrarse en reducir la deuda pública y el déficit". Y pese a advertir que toca “gastar el dinero de manera más racional”, también reconoció que Europa precisa aunar esa disciplina con inversiones públicas y privadas "en el futuro verde y digital". Queda claro que la UE no está dispuesta a pasarse de frenada con la austeridad como sucedió tras la crisis financiera de 2008.  

Ante el reto de ganar competitividad y productividad para hacer frente a la competencia de China y Estados Unidos, la política gala celebró que la CE haya encargado a su predecesor en el BCE, Mario Draghi, que elabore un informe sobre la situación de la UE.

LA ECONOMÍA EUROPEA SE ENFRÍA

Tras una reunión "muy fructífera" en una ciudad que definió como "inspiradora", el presidente del Eurogrupo, el irlandés Paschal Donohoe, constató que las proyecciones económicas reflejan que "la economía de la eurozona ha perdido algo de crecimiento" como consecuencia de “los shocks del pasado” y de los efectos de la subida de tipos que arrancó en julio de 2022. Con todo, se mostró confiado en la "resiliencia" del tejido productivo, demostrada por la resistencia del mercado laboral, con una tasa de paro del 6,4% en julio, un mínimo histórico.  

En materia de política fiscal, Donohoe señaló que los socios concuerdan en que debe adoptar "una orientación restrictiva". En este sentido, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, respaldó los "esfuerzos" del BCE para "mitigar la inflación" y refrendó que este objetivo exige que "la política fiscal sea restrictiva". En línea con Lagarde, dejó claro que esto no significa “reducir la inversión”, sino “eliminar progresivamente” las ayudas y las medidas fiscales aplicadas por los estados para reducir el impacto del coste de la energía en las empresas y los hogares. El italiano abogó por "focalizar en los más vulnerables" los apoyos. Además, Gentiloni advirtió que es "esencial" que los socios lleguen a un acuerdo “antes de fin de año” para reformar la gobernanza económica, aclarando el nuevo esquema de reducción de la deuda y el déficit.

"Los ciudadanos y empresas empezarán a sentir la presión en sus ingresos y beneficios", avisa el director gerente del Mede en relación al impacto de la subida de los tipos

También hizo su diagnóstico económico el director gerente del Mede, Pierre Gramegna, que atribuyó la “resiliencia” de la economía en la primera mitad del año a que las empresas tiraron de sus “colchones” para afrontar el aumento de costes. Convencido de que la subida de los tipos comenzará a notarse pronto en la economía real de manera que “los ciudadanos y empresas empezarán a sentir la presión en sus ingresos y beneficios”, el exministro de Finanzas luxemburgués avisó de que “hay riesgo para la estabilidad financiera”. Y a esto hay que sumar una nueva variable: “el riesgo climático” a la vista de los voraces incendios y de las tormentas con efectos devastadores en países como Grecia. Seguir estos parámetros es el cometido del Mecanismo Europeo de Estabilidad. En este punto, Gramegna trasladó la urgencia de que Italia ratifique el nuevo tratado del Mede, una reforma acordada en noviembre de 2020 y cuyo fin es dotar de más poder a este organismo en la supervisión de los países y en futuros recates de bancos. Señaló que a finales de año “caducarán” las líneas de crédito nacionales y explicó que en la reunión de este viernes los Veinte comentaron con el ministro de Economía italiano, Giancarlo Giorgetti, la votación que tendrá lugar en las próximas semanas en el Parlamento de la república. Gramegna advirtió que si el nuevo tratado no entra en vigor, el Mede no podrá “actuar como un colchón de seguridad”.

LA PRESIDENCIA DEL BEI Y LAS OPCIONES DE CALVIÑO

Respecto a quién ocupará la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), los cuatro comparecientes se mostraron muy cautos y evitaron decantarse por alguno de los cinco aspirantes, entre los cuales figura la anfitriona de la cumbre compostelana, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Únicamente Lagarde observó que “una mujer puede hacer cualquier trabajo”. Aunque no se espera que un pronunciamiento oficial salga de esta cumbre, este sábado el Ecofin tratará de manera informal el proceso de relevo del alemán Werner Hoyer.

A lo que sí respondió Christine Lagarde es a las críticas que levantó la decisión del consejo de gobierno del supervisor europeo de proponer a la Eurocámara el nombramiento de la alemana Claudia Buch, la vicepresidenta del Bundesbank, para liderar el Consejo de Supervisión del BCE, descartando así a la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado. La francesa, que alabó la "elegancia y deportividad" de la española ante la resolución del BCE, señaló que ambas fueron “escuchadas ampliamente” y que su experiencia y currículos fueron evaluados. Incidió en que la selección de Buch –que no es definitiva, pues la germana debe pasar el filtro de la Eurocámara y del Consejo Europeo para suceder a Andrea Enria el 1 de enero—respondió a una votación “individual y secreta”. El proceso, dijo, fue revisado par comprobar el cumplimiento de “todos los requisitos de confidencialidad e integridad”.

RELEVO EN EL COMITÉ EJECUTIVO DEL BCE

Pese a su carácter informal, el cónclave sirvió al Eurogrupo para respaldar la sustitución del italiano Fabio Panetta como miembro del comité ejecutivo del BCE por su compatriota Piero Cipollone, actual vicegobernador del Banco de Italia. La recomendación será trasladada al Consejo Europeo para su ratificación de manera que el relevo se materialice el 1 de noviembre, cuando Panetta asumirá, a su vez, la presidencia del supervisor italiano. 

Comentarios